La Quinta Columna 
Por: Mario Alberto Mejía / @QuintaMam

Jack el Destripador, también conocido como Mother Teresa versión Chucky, se llama en realidad Misraim Hernández y se hace pasar como activista pro derechos humanos.

Este muchacho se hizo famoso cuando le apretó el pescuezo a un joven panista que participaba en la recopilación del material electoral del Partido Acción Nacional en el Hotel MM.

Como el hipócrita lector recordará, diputados y senadores electos de MORENA llegaron a dicho lugar como porros de Conservatorio y se fueron a los golpes en contra de quienes se cruzaban a su paso: mujeres jóvenes, personas de la tercera edad y muchachos como el que sufrió la esquizofrenia de Jack el Destripador (Capítulo Puebla).

Una vez que intervino la Fiscalía Especializada Para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), todo mundo entró en un impasse, menos los porros de MORENA, quienes insistían en que en el MM había una mapachera electoral.

Una vez analizado el material, la FEPADE dio a conocer que no había nada en la recopilación de los documentos, una vez que eran copias a las que tenían acceso todos los partidos políticos.

Caída la mentira, algunos porros, ya investidos como legisladores, continuaron con su mentira.

Incluso Miguel Barbosa, ex candidato de MORENA a la gubernatura, dijo que el brazo de Rafael Moreno Valle era tan largo que lo mismo alcanzaba a la FEPADE que al Consejo General del INE.

Las escenas violentas en el MM le dieron la vuelta al mundo.

Una en particular: la de un misionero franciscano (calva incluida) que le apretaba el cogote a un joven hasta dejarlo morado.

Misraim Hernández salió en su defensa (en un muro de Facebook) en el mejor estilo del Mario Marín de “Es mi voz, pero no es mi voz“: “No estaba asfixiando a nadie. Al contrario. Estaba calmando a un compañero mío. Quería que se sentara y no hacía caso“.

Es decir: “Le apretaba el cogote, pero no le apretaba el cogote“.

(Se incluye el video incriminatorio para que el lector mida su grado de salvajismo y esquizofrenia).

Hace unos días, Jack (o Misraim, o Mother Teresa, o El Estrangulador del MM) regresó a la vida pública, pero ahora en calidad de mozo de estoques de Gabriel Biestro, presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso poblano.

En una fotografía aparece atendiendo a gente muy modesta en el lobby del viejo edificio en el que despachan y sesionan los diputados locales.

Todos nos preguntamos: ¿Qué diablos hace Jack el Destripador en ese lugar?

La respuesta vino después, cuando, desde su curul, Biestro empezó a enviarlo a diversas diligencias: Por un poco de agua, por una engrapadora, por unos Nachos (sin chile), por unos Kleenex…

Quién lo iba a decir: El tenebroso estrangulador se había vuelto un fiel siervo ovejero.

Pero este lunes las cosas dieron un vuelco interesante.

El joven adicto a los pescuezos se apersonó en la sede del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación en la que se hará el recuento de votos de la elección poblana.

Fuentes ligadas a Biestro confirmaron que nuestro personaje cobra en la nómina del Congreso.

Es decir: En la nómina de uno de los tres poderes.

¿Qué hacía entonces en horario de trabajo en la Sala Regional del Tribunal?

¿Busca algún cogote para tan especial momento?

¿Forma parte de la avanzada de MORENA por si hay que reventar la sesión?

Y más:

¿Entre sus tareas de siervo de Biestro figura la de “trabajos especiales“?

Chile de todos los moles, Jack también escribe una conmovedora columna en el portal Lado B.

Leerlo es una revelación.

Pero de eso hablaré en otro momento.

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