Ambición. La secretaría ha sido utilizada por sus titulares para hacerse de un proyecto político que podría cristalizar al concluir la actual administración

Por: Staff 24 Horas Puebla

La Secretaría de Gobernación (Segob) estatal ha sido de las dependencias con más escándalos mediáticos por sus conflictos entre grupos. ¿La pelea? Ser la segunda con más poder en el gobierno estatal.

Para cumplir con este objetivo, los dos hombres más importantes al interior de la dependencia han intentado tejer sus estructuras con miras a proyectos a mediano plazo, lo cual consideran que definirá su suerte al finalizar el sexenio.

Sin embargo, estos intentos se han expuesto ante la opinión pública, como los audios en los cuales se exhibieron supuestas amenazas al edil de Tehuacán y la petición de moches del coordinador de delegados regionales que se vio obligado a renunciar.

Los dos escándalos cimbraron la dependencia estatal y a su titular —quien ya había estado bajo los reflectores después del proceso interno del Partido Acción Nacional—, pero sobre todo al subsecretario de Desarrollo Político.

En menos de una semana se difundieron conversaciones con el presidente municipal de Tehuacán antes de que fuera aprehendido y una más cuando uno de sus colaboradores más cercanos tuvo que renunciar al ser señalado por cobrar 30% del total de los apoyos recibidos por los beneficiarios de programas sociales.

En la primera conversación se puso en tela de juicio la detención del edil morenista y, aunque el más interrogado al respecto fue el subsecretario, los dos tuvieron que cerrar filas para no afectar al gobierno estatal. Aunque los roces siguen.

EL JUEGO DE SOMBRAS

Desde los primeros días de la administración estatal las columnas comenzaban a abordar una supuesta salida del titular de la Segob, que aunque lo han desmentido, el rumor ha estado presente.

Otro de los temas que ha mantenido a la dependencia en los titulares fue cuando el secretario de Gobernación fue uno de los primeros en ser mencionados en el libro La trama Audi: componendas de un gobierno autoritario, en el que los autores Sergio Mastretta Guzmán y María Eugenia Silva Celm lo señalan de ser uno de los primeros en haber firmado contratos con la empresa alemana y respaldar una serie de supuestas anomalías.

El titular de la extinta Secretaría General de Gobierno tuvo que deslindarse días después al señalar que sólo signó convenios como integrante del gabinete y asegurar que renunció al cargo al comenzar el proyecto de manera formal.

Después de ello, de nueva cuenta fue mencionado en el conflicto interno del PAN, en el que lo acusaron de intervenir en la elección del presidente del Comité Directivo Municipal en la capital poblana y de apoyar a uno de los candidatos.

La acusación también fue negada por el funcionario estatal y atribuyó los señalamientos a un interés tanto de panistas como de sus propios compañeros de coalición ante la cercanía del proceso electoral de 2021.
Con apenas tres meses en la gestión y sin ataques directos, pues ambos personajes han sido reservados al referirse uno del otro, los medios se han convertido en los mensajeros entre un equipo y otro con cada escándalo en el que la dependencia es la protagonista.