Por: Karen Rueda Montes

En las últimas décadas se han modificado los estilos de vida, de tal manera que existe una alta prevalencia de enfermedades crónicodegenerativas ocupando los primeros lugares de mortalidad y cuya etiología parte, además de la susceptibilidad genética, de una serie de factores de riesgo cardiometabólico como el sobrepeso, la hipertensión arterial, la grasa visceral, dislipidemia y resistencia a la insulina.

El estudio de la enfermedad metabólica en diversas poblaciones en riesgo ha cobrado gran importancia por la heterogeneidad de sus alteraciones, pero hasta el momento el enfoque se ha basado en individuos con obesidad por el clásico paradigma que “a mayor peso, mayor prevalencia de enfermedad metabólica”; sin embargo, el riesgo de desarrollar complicaciones asociadas no es uniforme y varía ampliamente entre los individuos.

El fenotipo en los seres humanos es una expresión de la interacción entre factores hereditarios y ambientales; los cambios identificados en el medio ambiente, específicamente en la disponibilidad de alimentos y en el gasto energético son variables importantes en el desarrollo de enfermedades. Partiendo de esta premisa, se ha identificado un incremento de fenotipos metabólicamente discordantes, es decir, que no se clasifican dentro del esquema convencional de obesidad-enfermedad metabólica. En este grupo se identifica el fenotipo menos estudiado en la actualidad que es el “Normo Peso Metabólicamente Alterado (NPMA)” compuesto por sujetos que a pesar de presentar un Índice de Masa Corporal (IMC) adecuado, tienen alteraciones metabólicas. El paradigma de la obesidad ha provocado que las alteraciones metabólicas en fenotipos normo peso pasen desapercibidas en materia de prevención y se encuentren infradiagnosticadas por el personal de salud.

En adultos, la clasificación de la obesidad, de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), se ha basado en el IMC por la relación que presenta con la morbimortalidad; sin embargo, resulta poco útil para describir el estado de salud, la gravedad de la comorbilidad o la reducción de la calidad de vida; en este sentido, surgió en 2009 la Escala de Estadificación de la Obesidad de Edmonton (EOSS, Edmonton Obesity Staging System) que evalúa aspectos biológicos, psicológicos y funcionales por lo que es de mayor utilidad que el IMC para diagnosticar oportunamente la enfermedad cardiometabólica, no así para el fenotipo normo peso, ya que la escala EOSS solamente se puede aplicar en individuos con IMC ≥ 25 kg/m2.

La dificultad para el diagnóstico en el fenotipo NPMA radica en que la obesidad “se ve”, es decir, no se diagnostica porque no presenta cambios evidentes en la forma del cuerpo que lleven tanto al personal de salud como al propio paciente a sospechar de posibles riesgos cardiovasculares a pesar de que el fenotipo NPMA tiene un mayor riesgo cardiovascular que sujetos con obesidad sin alteraciones metabólicas.

El fenotipo NPMA tiende a desarrollar un estado pro inflamatorio de bajo grado aumentando el estrés oxidativo, resistencia a la insulina y anormalidades en los lípidos que pueden conducir a un mayor riesgo de síndrome metabólico y enfermedad cardiovascular, por lo que el proceso de diagnóstico debe identificar si el estilo de vida, los hábitos alimentarios, la genética o la sinergia de todos pueden ser factores de riesgo para enfermedad cardiovascular, independientemente de que no se observen alteraciones en el peso corporal, y, como en su mayoría cursan asintomáticos, si no se realizan de manera rutinaria análisis bioquímicos, no hay manera de diagnosticar oportunamente.

A pesar de que el fenotipo NPMA tiene una prevalencia menor que la obesidad, no deja de tener relevancia clínica en las causas de mortalidad por enfermedades cardiovasculares, ya que, de acuerdo con la OMS, de no hacer conciencia sobre este tema, en 2030 casi 23.6 millones de personas morirán al año por alguna enfermedad cardiovascular.

Como se puede observar, la enfermedad cardiometabólica no es exclusiva de la obesidad y puede estar presente a pesar de tener un fenotipo normo peso. La eficiencia en el diagnóstico integral de estos pacientes puede romper con el paradigma de la obesidad y cambiar el enfoque de la prevención basado únicamente en el peso corporal.

 

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS PUEBLA

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