Algunos personajes impresentables se mantuvieron durante muchos años, sintiéndose con el poder de decisión, frustrando llegadas, tratando de acomodar jugadores para llevarse su mochada y queriendo meter a los jugadores del ‘junior’, ahora ‘representante’ y como no se pudo, pues vamos a ‘desestabilizar’ desde lo más bajo.

Pues les cuento que un ‘Lobo’, quien fue útil desde administraciones anteriores para llevar y traer a muchos futbolistas, taparles juergas y hacer negocio con cortesías, también lo fue para este personaje. La última joyita que entregó y que le terminó costando el puesto fue la llegada de Bernardo Cuesta a la Franja.

‘El Lobito’ -como es conocido- filtró la llegada del delantero argentino al Club Puebla para que su ‘master’ se llenara la boca y, como es su costumbre, regara el veneno.

Ya fuera de la institución camotera, desde hace algunos meses, ‘El Lobo’ se presentó al entrenamiento de La Franja, lugar en donde por ser desleal al club, es persona non grata, lo cual causó indignación y su sensei tiró a matar.

Se inventó que Alejandro insultó al ‘Lobo’ y acto seguido se metió con la vida PERSONAL de Alejandro, publicando fotografías ¡¡¡DE 2016!!!, cuando hizo un viaje por España y aún no era parte del equipo.

Mi pregunta es: ¿Con qué derecho este tipo hace pública la vida privada de una persona? ¿No es acaso el Puebla un club privado? ¿Por qué pretender ser un auditor como si se trataran de temas gubernamentales?

Hasta dónde puede llegar la mezquindad de este personaje que solo se ubica en donde hay, en donde paga por ser ‘alguien’. Diario en redes sociales hace el ridículo y es tanta su miseria que, al darse cuenta que los aficionados han abierto los ojos, se tiene que arrastrar a lo más bajo para tener tantita atención. Vamos, un tipo ruin.

Y es que, a los acostumbrados a bañarse diario en opulencia, a ejercer su bendita voluntad a costa de quien sea, a tener chismosos a su disposición, a meter mano en temas directivos y fichajes, a no pagar por transmitir partidos, les cortas el agua y se les nubla la mente y se vuelven locos.

 

 

Pan y Circo

Alfredo González