Vamos a vender humo, André. Muchos por ahí no dan el justo premio a un tipo como Marcelo Bielsa por no ser un entrenador ganador, con la vitrina de su ‘museo’ lleno de galardones. Pero tú y yo sabemos qué es lo más valioso que tiene ‘El Loco’.

Previo a su llegada a Marsella, eras un futbolista ‘regordete’, rico técnicamente; sin embargo, te faltaba ese toque mental-físico para hacerte explotar. “Yo te conozco de memoria, sé todo acerca de tu carrera. Vas a perder 2 kilos y marcarás 25 goles esta temporada”, te dijo cuando te conoció.

¿Y sabes cuándo entendimos la transformación que hizo en ti? Aquel día que, al minuto 92, marcaste el 1-2 sobre el Caen y lo primero que hiciste fue fundirte en un abrazo con Marcelo. Lo demás ha sido confirmar su teoría.

Ya hiciste 147 goles en 246 partidos, has sido campeón de la Liga MX cuatro veces, en total has levantado ocho trofeos, le diste a Tigres su primera Concachampions, estuviste cerca de la primera Libertadores para un equipo mexicano y, no conforme con ello, pasate a la historia como el jugador que le dio el pase a la primera final de Mundial de Clubes a un equipo de Concacaf.

Llegaste a nuestro país y no eras ni la sombra de Cabinho o José Saturnino Cardozo. “¿Quién anota tantos goles en 17 fechas? Es imposible alcanzar la cifra de ese jugador (Cardozo), es el más grande en la historia de México”, dijiste en 2017.

A casi seis años de tu llegada a México, déjame decirte, André, que hoy ya puedes sentarte a comer en la misma mesa de las leyendas. Lo que has hecho en San Nicolás de los Garza es brutal, majestuoso y heróico.

Tigres no pintaba más allá de Monterrey, lucía tres títulos en su escudo y no estaba en vías de ser un grande del futbol mexicano. Y es que hace tiempo que el debate sobre si los Tigres de la Universidad Autónoma de Nuevo León son el quinto equipo grande del futbol mexicano se convirtió en un vaivén de descalificaciones.

Lo cierto es que por títulos y registros de los últimos 10 años, Tigres ya debería ser considerado o, quizá, tomar el lugar de algunos impresentables que navegan con bandera de ‘grande’ y son una lágrima. Pusiste a Tigres en el mapa, André.

Con 35 años, queda seguirte disfrutando, viéndote hacer historia con los ya famosos ‘Tigueres’, que sigas cantando Intocable,  que te enamores aún más de México y que, cuando quieras, te sigas sentando a comer en la mesa de las leyendas; merecido lo tienes.

 

Por Alfredo González López

@AlfredoGL15