Con el objetivo de contener el alza de precios y la inflación, el Banco de México elevó las tasas de interés 50 puntos base para llegar al 11%.

La decisión monetaria está tratando de bajar el impacto de la inflación de 7.91% en enero que mantiene al alza rubros como el de alimentos procesados y bebidas (que subieron 14.08%), mercancías (con un alza de 7.53%) y el conjunto de servicios (que crecieron 5.51% sus precios).

Si bien, Banxico superó los pronósticos del consenso de analistas privados que anticipaban un incremento de 25 puntos base para la decisión de este jueves, también reconocen que se trata de una política acertada ante la persistente dinámica inflacionaria que atraviesa México en comparación con otras economías, como la estadounidense que hasta diciembre sumaba 6 meses a la baja.

El incremento por el que se decidieron por unanimidad los cinco integrantes de la Junta de Gobierno, también significó el desacople de los movimientos de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed, por sus siglas en inglés) que las últimas seis decisiones de política monetaria habían replicado la misma magnitud.

En ese sentido, con el ajuste de 50 puntos base que efectuó Banxico, marcó su desligue de la Fed, que el pasado 1 de febrero se inclinó por un incremento de 25 puntos base para su tasa de referencia.

“Efectivamente sorprende (la decisión de política monetaria), pero creo que fue la decisión más acertada”, señaló James Salazar, subdirector de Análisis Económico en CI Banco. “Es la primera vez en siete decisiones que se desacoplan de lo que está haciendo la Reserva Federal, porque el comportamiento de la inflación es muy distinto en México a lo que está pasando en Estados Unidos. Allá parece que sí hay señales contundentes de una moderación (de la inflación) y acá no está muy claro”.

“En mi opinión, con el dato de inflación (de enero) sí fue necesario (el aumento de 50 puntos base) porque a diferencia de Estados Unidos, la dinámica de inflación en México es diferente: en Estados Unidos ya se observa una clara baja en la inflación general y en México no”, agregó Víctor Ceja, economista en jefe de Valmex Casa de Bolsa.

“La inflación en México no está para menos. A diferencia de Estados Unidos, en México la inflación repuntó en enero y sobre todo en la subyacente es la que preocupa. La subyacente es la que determina la trayectoria en el mediano y en el largo plazo, por lo que todavía existen presiones inflacionarias importantes en México”, acotó en una nota Gabriela Siller, analista de Grupo Financiero Base.

Y es que, en el detalle del dato de la inflación general anual de enero, que sumó dos meses consecutivos al alza, se observó que el componente subyacente –que adquiere relevancia en las decisiones de política monetaria del Banxico– se elevó hasta 8.45% a tasa a anual desde el 8.35% reportado en diciembre pasado cuando dio la primera señal de tregua tras 24 meses consecutivos de crecimiento.

Los economistas explicaron que la persistencia del componente subyacente de la inflación reside en una economía mexicana fuerte impulsada por el empleo y las remesas, que no han dado paso al debilitamiento de la demanda por el lado del consumo privado.

Banxico posterga su meta de inflación
Adicional al ajuste en la tasa de referencia, Banxico realizó modificaciones en sus pronósticos de inflación para 2023 y 2024, postergando un trimestre más su meta de inflación.

Hasta la decisión de diciembre, el banco central tenía previsto llegar a la meta de en torno al 3% para el tercer trimestre de 2024, pero ahora espera alcanzar ese nivel hasta el último trimestre de ese año.

“Esto también envía el mensaje de que una vez que se concluya el ciclo de alza en tasas de interés, que probablemente sea en 11.25%, el 30 de marzo según nosotros, pues se va a mantener ese nivel durante mucho tiempo…”, dijo el economista de Valmex Casa de Bolsa.

Pollo se elevó hasta 100 pesos

Anabel Delgado, ama de casa, refiere que durante enero el pollo fue uno de los alimentos que más golpeó su bolsillo, pues desde 80 pesos en que se vendía el kilo de pechuga del ave, lo llegó a comprar hasta en 100 pesos. “Yo compro pollo, porque es de lo más barato dentro de lo que cabe, porque el bistec de res está en 190”, agrega.

“Ahorita ya bajó (el precio del pollo), pero cada que salgo al mercado tengo que venirme prevenida con unos 50 pesos más”. Ella comparte que en sus salidas diarias para la compra de víveres gasta mínimo unos 200 pesos, sin contar los gastos de la mañana y la noche para el pan y la leche.

Difícil cuesta de enero
Xóchitl Espinosa, quien también se dedica al hogar, reflexiona que enero siempre es un mes complicado porque se juntan los gastos de los impuestos de predial y agua, con el desgaste financiero de las fiestas de fin de año y los regalos para el Día de Reyes.

“Los alimentos siempre van a subir, no es algo nuevo. Tan sólo la tortilla está en 22 pesos y de ahí ya no baja, siempre le suben, pero el problema es que le subieron mucho y ya no alcanza”, agrega.

“Todo subió, no se me ocurre nada que no haya subido”, externa.

Hasta las croquetas están más caras

Sandra Ayala, ama de casa, añade que adicional al encarecimiento del alimento de los cuatro integrantes de su familia, también subieron los productos de alimentación para mascotas.

“Ahora ni los animales se salvan. El sobrecito de Whiskas lo venden en 12 pesos, cuando apenas en diciembre estaba en 10 (pesos). Yo le daba dos sobres al día a mi gato, ahora sólo uno y lo demás que se llene con croquetas que están igual de caras, pero bueno, ahí el gasto (del kilo) es semanal”, dice dice tras detallar el empacto en su casa por la escalada de todos los precios.