Hay una nueva clase política en Puebla y es la que sólo aparece cuando hay procesos electorales. Mientras no haya elecciones, los personajes viven en el exilio; están metidos en sus negocios o simplemente desaparecen del mapa. Las siglas por las que compiten o la ideología no importa, sólo levantar la mano en los tiempos que los partidos gastan más dinero en sus campañas.

Ejemplos de ello son muchos y están en todos PRI, PAN, Morena y PRD. A algunos se les ha calificado como chapulines, porque saltan de un lado a otro, otros solo quieren las candidaturas plurinominales para evitar invertir en sus campañas y, en cambio, asegurar un escaño, una curul o un lugar en el cabildo angelopolitano.

Esta tendencia evidencia que los partidos ya no producen cuadros y que son los mismos quienes buscan los puestos de elección popular.

En Acción Nacional, por ejemplo, esta lista la encabeza Ana Teresa Aranda Orozco. En 1989, compitió por el PAN para la alcaldía contra el priista Marco Antonio Rojas Flores. En 1991, obtuvo, por primera vez la diputación federal por vía plurinominal.

Aranda fue dirigente de su partido a nivel local desde 1994 y se enfrentó de manera directa con el entonces gobernador priista Manuel Bartlett Díaz. En 1998 dio un albazo y conquistó la candidatura a la gubernatura y perdió contra Melquiades Morales Flores.

Con Vicente Fox fue secretaria de Desarrollo Social. Participó con Felipe Calderón e intentó ser la candidata a la gubernatura en el 2010, posición que le ganó Rafael Moreno Valle Rosas. Reapareció en el 2016 apoyando a Tony Gali Fayad. Renunció públicamente al PAN, hasta hace poco que logró la candidatura a diputada federal por el panismo y no sería extraño que nuevamente contienda por un puesto de elección popular

En segundo lugar, está Francisco Fraile García, “El Pastor” —apodo que le puso el diputado federal Humberto Aguilar Coronado porque representaba los intereses de la Organización Nacional El Yunque—.

Fraile llegó al PAN en 1983. A partir de 1988 se convirtió en un líder de facto y creó una nueva clase política en Puebla a favor de la derecha. Fue delegado del IMSS y siempre levanta la mano a un puesto de elección popular. Recientemente buscó ser alcalde de San Andrés Cholula. Ha sido, senador, diputado local y federal, siempre por la vía plurinominal.

La lista panista la completan Humberto Aguilar quien siempre levanta la mano, Rafael Micalco que sino es diputado está en un cargo partidista y un largo etcétera de militantes que han ganado más en plurinominales que en las urnas.

Por el PRI, hay que sumar a la lista al sempiterno aspirante a la presidencia municipal de Puebla, el empresario priista José Chedraui Budib, quien siempre presumió su amistad con Enrique Peña Nieto, pero sólo le alcanzó para una diputación local y ser el líder del PRI municipal. Hoy, nuevamente quiere ser candidato a la alcaldía poblana.

En el interior del estado también se registra un fenómeno similar, al que muchos conocen como cacicazgo, y como ejemplos se encuentran los municipios de Chignahuapan, donde el expresidente municipal Lorenzo Rivera Sosa, ha pasado por la diputación local, federal y las delegaciones federales, hoy su hijo Lorenzo Rivera Nava, es el actual alcalde.

En Zacatlán, el actual presidente municipal José Luis Márquez Martínez, está por segunda vez al frente de este municipio, su primer periodo fue de 1999 al 2002, y en tres ocasiones ha sido diputado local, además en la diputación federal.

(Continuará…)

 

 

Primera de dos partes

Agustín Hernández