Cuentan las lenguas (vaya usted a saber si buenas, malas o viperinas) que, en la ciudad de México, la mamá de Claudia Rivera, Eloísa Vivanco, fue a despepitar contra María Luisa Albores con la secretaria general de Morena, Citlalli Hernández.

Aunque a la secretaria de Medio Ambiente no le hicieron ni cosquillas las grillas de la poblana, los comentarios de la señora Vivanco, un día sí y otro también, eran puras quejas contra la funcionaria federal. Lo que más le dolía a Eloísa era ver que la mayoría de los seguidores de su hija la abandonaron, desde el ex secretario de
Gobernación, René Sánchez Galindo hasta los que juraron amor eterno desde que llegó al ayuntamiento. Y lo peor la mayoría se fue a apoyar a la funcionaria federal.

Pero espere, que ahora viene lo mejor, dicen esas lenguas (vaya usted a saber si son buenas o malas) que la señora Vivanco presume que ella fue la causante del anuncio de Albores quien anunció, con el tradicional “muchas gracias, pero no”, que no iría por la candidatura a la gubernatura.

¿Será que es verdad, pero se exagera, como dice la ex esposa de Sánchez Galindo?

¿Será que mejor nos callamos no nos vaya a acusar con la secretaria general?

¿Será?

Un escándalo que viene

Que sí es cierto que la dirigencia estatal del PAN no ha subido nada a la página de transparencia como la denunciaron en días pasados. Que no aparece nada de sus egresos de 2022. Que, aunque ella diga que puede hacerlo hasta finales de 2023, la realidad es que debería ser cada tres meses para transparentar los casi ochenta millones de pesos que recibió el año pasado por prerrogativas.

¿En qué habrán gastado 80 millones de pesos? ¿Por qué el panismo poblano que tanto defiende al INAI no da a conocer el origen de sus recursos y su destino?

¿Será que no encuentran las facturas? ¿Será que viene un nuevo escándalo que pondrá a los panistas a rezar para no ser evidenciados con pruebas y documentos de su falta de transparencia? ¿Será que pasarán a la historia como la dirigencia más opaca de la historia?

¿Será?