La Junta de Gobierno del Banco de México (Banxico) decidió disminuir en 25 puntos base el objetivo para la Tasa de Interés Interbancaria a un día a un nivel de 11.00%, con efectos a partir del 22 de marzo de 2024.

Comentó que entre los riesgos globales para la economía mundial destacan el agravamiento de las tensiones geopolíticas, la prolongación de las presiones inflacionarias, condiciones financieras apretadas y, en menor medida, los retos para la estabilidad financiera.

Dijo que en México, las tasas de interés de valores gubernamentales presentaron movimientos acotados donde el peso mexicano se apreció y su volatilidad disminuyó.

“Se prevé que en el primer trimestre de 2024 la actividad económica muestre mayor dinamismo en relación con la debilidad registrada el trimestre previo. El mercado laboral continuó presentando fortaleza. La inflación general anual, que había aumentado a finales de 2023 y en enero de 2024, disminuyó en febrero a 4.40%”.

Explicó que el descenso inflacionario reflejó cierta reversión del componente no subyacente que la había presionado.

Además, “la inflación subyacente siguió disminuyendo, ubicándose en 4.64% durante el mes de febrero”.

Banxico proyectó que la meta inflacionaria de llegar al 3% puede suceder por lo menos hasta el segundo trimestre de 2025.

“Se prevé que el proceso desinflacionario continúe, ante la postura de política monetaria y la mitigación de los choques derivados de la pandemia y de la guerra en Ucrania”.

Finalmente, estimaron los miembros del Banco de México que la postura monetaria se mantiene restrictiva y continuará siendo conducente a la convergencia de la inflación a la meta de 3%.

“Se vigilará estrechamente las presiones inflacionarias, así como todos los factores que inciden en la trayectoria prevista para la inflación y en sus expectativas. En las siguientes reuniones, tomará sus decisiones en función de la información disponible. Tendrá en cuenta el progreso en el panorama inflacionario y los retos que aún prevalecen. Considerará la incidencia de la postura monetaria restrictiva que se ha mantenido y la que siga imperando sobre la evolución de la inflación a lo largo del horizonte en el que opera la política monetaria”.


Por: Emanuel Mendoza

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