La inteligencia emocional, mantener el control del temperamento, es el principal atributo que un candidato a cualquier puesto de elección popular debe tener al enfrentarse a un debate electoral, consideraron la especialista en imagen, Coca Sevilla, y el politólogo de la Ibero Puebla, Roberto Alonso.

Agregaron que los debates, dependiendo de la coyuntura, pueden o no tener un impacto en las tendencias de preferencia electoral, por ello son un elemento de las elecciones que genera gran expectativa, tanto en la sociedad, como en el ámbito del análisis político.

Los expertos coincidieron en la importancia de que el candidato que se va a presentar a un acto de este tipo debe entrenar, estudiando sus propuestas y plataforma, así como la revisión de su propia biografía, reconocer “áreas de oportunidad” para el oponente, practicar defensas y al final, no engancharse emocionalmente con las agresiones. 

Al respecto, la especialista en imagen pública, Coca Sevilla, destacó que la inteligencia emocional, o el autocontrol de las emociones, es indispensable para un paso exitoso por un debate político electoral. 

Para ello, reveló que el tono de la voz es un elemento fundamental que debe estar muy controlado, ya que de forma sutil puede evidenciar ansiedad, inseguridad y demás reacciones que pueden afectar la imagen del candidato.

“La Inteligencia emocional es fundamental; la persona que se molesta o engancha en ataques, pierde y la imagen que da no es la de una persona desenvuelta que domina la palabra y las emociones;

(…) es muy importante que tengan autocontrol, por ejemplo, tienen que controlar la voz, porque ahí es donde pueden hacer notar enojo y engancharse a los ataques”.

Añadió que “alguien que se engancha en los ataques de forma emocional da a entender que no es una persona que se sabe desenvolver, que no domina la palabra y sus emociones”.

“En el tema de la voz es muy importante, porque proyecta tus emociones y ahí se nota cuando una persona, en campaña, está con entusiasmo y las ganas, o no, de representar a la gente”, señaló.

Por su parte, el coordinador de la licenciatura en Ciencias Políticas e Innovación Democrática de la Ibero Puebla, Roberto Alonso Muñoz, consideró que un político que se enfrenta a un debate debe anticipar ataques y ensayar defensas, con su equipo más cercano.

“Todas las personas tenemos sensibilidades y susceptibilidades, y de no enfrentar estas situaciones incómodas y hasta ofensivas, difícilmente se podrá sortear con éxito un debate”, indicó.

Destacó que la manera de anticipar estas acciones es reconocerlas, nombrarlas, ejemplificarlas y darles una respuesta, ya sea directa para superar la acusación o indirecta, para llevar al adversario a los puntos que tiene ensayados el candidato para controlar la situación; “deben mantenerse en su script; a Claudia Sheinbaum, en el último debate, esto le sirvió para no tener abolladuras”.

Por ello, reiteró la importancia de anticipar, prepararse y tener estrategias de respuesta.

“El que se enoja, pierde, el que se sale de sus casillas; a veces, el enojo impulsa, pero el enfado irracional y dar la espalda a la situación no lleva un perfil que puede salir con la capa caída en el debate, por lo que la cabeza fría es importante, sobre todo en contextos de juego sucio en campañas”.

IMPORTANCIA DE LA PREPARACIÓN 

Coca Sevilla destacó que el 80% de un debate es la preparación del candidato con información, tanto de su plataforma como del historial de sus oponentes, y alistarse para posibles ataques, con información contundente que los neutralice o desmienta.

Además, el candidato en debate debe saber con qué públicos se va a encontrar y cómo llegar, si va abajo o arriba en encuestas.

“Lo peor es confiarse y pensar que los números a favor implican no prepararse, eso es soberbio; los políticos siempre están en campaña y no deben subestimar al contrincante; deben mostrar actitud de liderazgo. Sobre la marcha se verá como atacan, sobre todo si se va arriba en las encuestas”, afirmó.

Al respecto, el politólogo Roberto Alonso consideró que lo primero que tiene por hacer un candidato es ubicar el propósito del debate; hay varios tipos:

  • Trayectoria.
  • Discusión de proyectos.
  • Para hacer señalamientos o acusaciones, esto es común ya, sobre todo acusar sin pruebas ni fundamentos no es lo ideal, pero los candidatos son libres de hacerlo, pero luego deben cargar con el costo de la difamación y la calumnia”.

Por ello, insistió el politólogo que debe haber preparación sobre el propósito, la centralidad, la agenda temática con temas secundarios y laterales, “eso no se puede perder de vista, el candidato debe estar consciente de los temas y debe llegar preparado”.

Abundó que, en el plano político, un candidato no se puede dar el lujo de no proyectar y ensayar con distintos escenarios posibles, se deben anticipar situaciones para poderse cubrir de acusaciones que puedan alcanzar a vislumbrar.

“Si hay un propósito de difamación para dejar en mal lugar a un debatiente, la sugerencia es que guarde la calma y con sangre fría abordar los ataques; sobre las acusaciones previsibles, se puede adelantar y prepararse para ello, pues si llega sin preparación, con espontaneidad e improvisación, con acusaciones elevadas de tono, está destinado a fracasar y quedar expuesto”, señaló.

Finalmente, reiteró que los debates influyen, pero no son determinantes: “para este escenario, en Puebla, con ventaja de dos dígitos, a no ser que tenga algún tipo de artillería pesada política, difícilmente remontará distancia; en una contienda más cerrada es distinto, aunque un debate obligatorio, como el que se tiene que hacer en Puebla, puede ser importante para reducir distancias entre el puntero y el segundo lugar”. 

LA IMAGEN 

En un debate se va a estar en el foco de la atención, destacó Coca Sevilla, por lo que la especialista en imagen indicó que es importante la elección de vestimenta de un candidato a debate. 

Al respecto, dijo que lo más importantes es que “la vestimenta tenga un contraste para llamar la atención al rostro”. 

Además, señalo que el candidato debe llegar pulcro, independientemente del código de vestimenta de un debate, que suele ser formal.

“Rostro con pulcritud extrema, bien peinado, fresco, barba bien recortada; si no se cuida eso, se proyecta imagen sucia; para mujeres, maquillaje discreto, con manos y uñas arregladas; la vestimenta suele estar relacionada con el color del partido, en la corbata o el saco, dependiendo si es hombre y mujer, se busca repetir el color del partido político”.

Destacó que lo que buscan los candidatos en un debate es generar imagen de liderazgo, presencia y capacidad, y ello se logra con códigos formales, como traje de dos piezas para hombres, y traje sastre para mujeres.

Sin embargo, la especialista en imagen sentenció que lo verdaderamente esencial es que para el próximo debate estatal deben ser las propuestas.

“Cada uno con su estilo, pero el factor es que vengan con cosas concretas; la gente está cansada de ataques, que sea un debate de altura y sume y se dejen de lado las estrategias de ataque”.

Por: Arturo Cravioto

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