Juan Norberto Lerma

Frankenstein, es un monstruo que deambula y acecha en las pesadillas de la humanidad, un ser que se volvió iracundo y maldito cuando comprobó que debido a su fealdad los hombres le temen y lo rechazan.

Es posible que la criatura no sepa que su monstruosidad no reside sólo en sus facciones, sino en los modos mediante los cuales fue creado. A partir de restos de cadáveres que el doctor Víctor Frankenstein recolecta en los mataderos y en las salas de disecciones.

Fiel a su época, la novela de Mary Shelley es un catálogo de puntos que reflejan la corriente del romanticismo, un periodo en el que se le dio prioridad a las emociones, los sentimientos, el amor a la naturaleza, y el desborde de las pasiones.

En la novela sobresale el personaje, la criatura, los valores universales que plantea, y algunas propuestas filosóficas.

Para escribir la novela, Mary Shelley utilizó el método de las cartas y el diario, en realidad las acciones que realizan el monstruo y el doctor Víctor Frankenstein las vemos cuando ya han ocurrido y son ellos mismos los que las recrean, las analizan y nos comunican sus reflexiones.

El terror sólo lo platican a los lectores y lo vive el protagonista, los narradores tienen que repetir constantemente que los personajes viven bajo una gran tensión y angustia, que no se percibe en las escenas de forma directa.

Frankenstein es una novela lenta, en la que abundan las descripciones de paisajes que son muy semejantes al interior tormentoso de los personajes que se debaten entre su deber moral y su búsqueda de la felicidad individual.

En la novela la criatura no tiene nombre, Víctor Frankenstein le llama de diversas formas: engendro, criatura maldita y monstruo.

Con los años, los que usaron su figura para representar la maldad o los excesos, le debieron de haber dado a la criatura el nombre de su creador. La explicación es simple, resulta difícil examinar a los seres abstractos, las cosas deben tener un nombre para poder fijarlas, analizarlas y dominarlas.

En la novela Frankenstein, la criatura es un ser inteligente, capaz de experimentar los sentimientos exquisitos que son propiedad del espíritu, y durante el tiempo que permanece escondido lee libros que afinan aún más sus sentidos y su inteligencia.

Además, el monstruo tiene una movilidad sorprendente, una fuerza descomunal, una capacidad de resistencia asombrosa y posee un lenguaje capaz de rivalizar con el mismo Víctor Frankenstein.

La criatura produce horror por su fealdad y por la maldad que se le atribuye. Cuando lo dota de vida, el mismo Víctor Frankenstein se siente asqueado y huye del laboratorio. El científico explica que sí quería que su creación fuera bella, pero que por más que lo intentó no pudo ocultar la abundancia de nervios y músculos.

Desde su origen, la criatura es rechazada y la gente que la mira le tiene miedo y huye de su lado. El monstruo lo sufre y se resigna en lo que cultiva su inteligencia y afina sus sentimientos. Cuando se da cuenta de que a pesar de su sensibilidad y su refinamiento, la humanidad lo rechaza, la criatura hace a un lado los sentimientos nobles que posee y alienta la venganza, y comete una serie de asesinatos destinados a castigar a su creador.

Con todo, la criatura reflexiona y le ofrece un trato a Víctor Frankenstein, le promete detener sus crímenes si le proporciona una compañera que no lo rechace, sino que lo ame, una mujer de una especie idéntica a él, con la que se retirará a los lugares más remotos y jamás volverá a asesinar a ningún ser humano.

Víctor Frankenstein acepta el trato, pero cuando ya ha construido a la mujer y sólo le falta animarla se arrepiente, porque piensa que si un monstruo era ya una amenaza, dos serán una plaga que acabará con la humanidad. Víctor Frankenstein destruye a la mujer que ha fabricado y decide enfrentar al monstruo, aunque bien sabe que lo asesinará.

El monstruo vuelve a sufrir un revés, porque además de que la humanidad lo rechaza, Víctor Frankenstein le niega la posibilidad de que una mujer lo ame y de que él realice sus deseos de amar. La venganza del monstruo es terrible y comienza a asesinar a personas cercanas al científico.

La criatura a la que dio vida el doctor Víctor Frankenstein es un ser que con los años se volvió más sólida, más temible, más aterradora, y que despierta más curiosidad. En el libro, la ciencia concretó nuestras fantasías de ser capaces de animar lo muerto y traer a la vida los despojos de aquello que más queremos.

Víctor Frankenstein es tan hábil que es capaz de animar a unos trozos de nervios, órganos y tendones muertos, y cuando alcanza ese nivel de poder él mismo se deslumbra y queda aniquilado. Sólo entonces entiende lo que hizo y es consciente del horror no sólo moral, sino también físico, de lo que construyó.

La materia muerta debe permanecer muerta, aunque las religiones digan lo contrario, la irrupción de lo muerto entre los humanos es un hecho para el cual la humanidad no está preparada, y que además altera y devalúa la vida, porque si se puede construir vida a partir de lo muerto, todos somos prescindibles y la vida, tal como la conocemos, y a partir de la cual sobrevivimos, no tendría sentido.

Es posible que el cine haya contribuido a desnaturalizar a la criatura que creó el doctor Víctor Frankenstein y que sin ningún pudor hayan creado un personaje malvado y bobo a partir de la creación de Mary Shelley, pero desvirtuado y con otras facultades que lo hacen diferente.

Para desgracia de Mary Shelley, la figura que impuso el cine en el imaginario popular fue la del monstruo robótico, con dos tornillos en el cuello, características que no aparecen en la novela.

Hasta el mismo nombre del monstruo es una impostura, lo convierte en otro personaje y genera confusión, porque en realidad en las páginas del libro nunca fue bautizado de ninguna manera, sino que el creador se refiere a él sólo con eufemismos.

YouTube: Delirium Juan Norberto Lerma

@Lermanorberto

Juan Norberto Lerma

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