El gobernador Alejandro Armenta supervisó la presa de Valsequillo para evaluar el funcionamiento de tres barcos saneadores, adquiridos en 2018 por 240 millones de pesos.

Acompañado por secretarios estatales, recorrió la zona y solicitó un estudio técnico para determinar si comprar más equipos o implementar acciones complementarias.

La presa, abandonada por años, es prioridad en el Plan Hídrico Nacional, con una inversión estatal de 2,500 millones de pesos para su rescate.

Armenta destacó que el saneamiento de Valsequillo es un "sueño histórico" para Puebla, pero requiere verificación científica y sanciones a industrias contaminantes.

Los barcos operan desde 2022, degradando materiales y reduciendo olores, lo que ha permitido revitalizar la vida acuática. Sin embargo, su eficacia real sigue en duda.

Además, se detectó una fuga de 2,000 litros por segundo en las compuertas de la presa, agravando la crisis hídrica. El daño ya fue incluido en el diagnóstico oficial.

Entre las soluciones propuestas está la extracción de lirio, con apoyo de la Marina, y una inversión de 500 millones en el saneamiento de la cuenca de Texamachalco.

También se planea un centro de tecnificación agrícola y la revisión de terrenos irregulares cerca del Río Atoyac, comprados en administraciones pasadas.

El mandatario enfatizó que transparencia y resultados guiarán las decisiones, evitando errores de gobiernos anteriores. La meta: agua limpia y productividad sostenible.

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