La línea entre la defensa legítima y la violencia se difuminó en un hecho que parece extraído de un guion cinematográfico: Carlota, una mujer de 74 años, mató a dos hombres que, según ella, habían invadido su propiedad. El caso, ocurrido en el mes de abril en el municipio de Chalco, no solo revive el debate sobre la ocupación ilegal de viviendas en México, sino que parece seguir el libreto de Mano de obra (2019), película que retrató con crudeza esta problemática social.
El incidente que conmocionó a Chalco
De acuerdo con la Fiscalía del Estado de México, Carlota llegó armada a la vivienda en la Unidad Habitacional Ex Hacienda Guadalupe, acompañada de dos personas. Alegó que el inmueble le pertenecía y que había sido tomado ilegalmente. Tras una discusión, disparó en al menos tres ocasiones, causando la muerte de dos individuos. Aunque su defensa argumenta legítima defensa, la justicia la vinculó a proceso por homicidio calificado.
El suceso expone un fenómeno creciente: la invasión de casas, un delito que en México suele quedar impune debido a la lentitud judicial. Según el Código Penal Federal, la ocupación ilegal puede castigarse con hasta cinco años de prisión, pero en la práctica, los afectados enfrentan un laberinto legal.
Mano de obra: el filme que lo advirtió
Dirigida por David Zonana y producida por Michel Franco, Mano de obra narra la historia de unos albañiles que, tras ser explotados, deciden tomar la casa que construyeron para su patrón. La cinta, premiada en festivales como Toronto y San Sebastián, fue criticada por algunos como "excesivamente pesimista". Sin embargo, hoy parece una profecía cumplida.
"El cine no predice el futuro, pero sí interpreta las tensiones sociales", comentó en su momento el crítico Juan Carlos Vargas. El paralelismo con el caso de Carlota es innegable: ambos reflejan un sistema donde la desigualdad y la impunidad empujan a las personas a tomar la justicia en sus manos.
¿Autodefensa o crimen? Las redes se dividen
Mientras algunos usuarios defienden a Carlota ("Si la ley no te protege, ¿qué opción queda?"), otros condenan el uso de la violencia ("Nada justifica matar"). El debate recuerda las reacciones que generó Mano de obra: ¿es una denuncia social o una glorificación de la ilegalidad?
Lo cierto es que, en México, recuperar una propiedad invadida puede tardar años, y muchos propietarios, especialmente adultos mayores, se sienten abandonados por las autoridades. El caso de Carlota no es aislado: es el síntoma de un país donde la ley no alcanza a proteger a sus ciudadanos.
¿Qué sigue?
El juicio contra Carlota podría sentar un precedente sobre los límites de la autoprotección. Mientras tanto, Mano de obra adquiere una relevancia renovada: a veces, el arte no solo imita la vida, sino que la anticipa.