El cónclave para elegir al sucesor del papa Francisco iniciará este miércoles en la Capilla Sixtina, con 133 cardenales electores reunidos ya en Roma.

Se trata de una elección histórica que definirá el rumbo de la Iglesia Católica, con 1.400 millones de fieles. La votación no tiene un claro favorito.

Los llamados “príncipes de la Iglesia” votarán bajo completo aislamiento: sin celulares, internet, ni contacto externo. El proceso puede durar varios días.

El nuevo pontífice deberá contar con una mayoría de dos tercios, es decir, al menos 89 votos, según el reglamento del Vaticano.

Muchos de los electores fueron nombrados por Francisco, lo que otorga peso a las regiones más allá de Europa, como África, Asia y América Latina.

En reuniones previas, los cardenales destacaron que el nuevo papa debe ser “cercano a la gente” y capaz de “guiar a una humanidad desorientada”.

Entre los posibles candidatos figuran Pietro Parolin, Luis Antonio Tagle, Mario Grech y Jean-Marc Aveline, aunque no hay postulaciones oficiales.

Francisco, fallecido hace dos semanas, marcó su papado con reformas, enfoque en los pobres y apertura al diálogo, lo que generó tanto apoyo como resistencia interna.

Mientras se desarrolla el proceso, miles de fieles esperan en la Plaza de San Pedro. El humo blanco desde la chimenea indicará si hay nuevo papa.

El Vaticano finaliza detalles ceremoniales, como instalar las cortinas del balcón central. Ahí será presentada la figura que ocupará el trono de San Pedro.

El resultado del cónclave podría conocerse en los próximos días, dependiendo del consenso entre las distintas corrientes internas de la Iglesia.

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