PABLO RUIZ
A pesar de la propaganda guinda de Morena con carteles y leyendas en bardas para la elección de juzgadores federales, abunda la indiferencia ciudadana. Eventos públicos aislados como el realizado por la ministra de la familia Batres, Lenia, pasó inadvertido por lo intrascendente, salvo para las tribus de Morena en el estado.
Millares de carteles pegados en muros y paraderos del transporte público fueron colocados por el llamado “ejército electoral” de Morena con la leyenda “Vota 1° de Junio por las y los ministros, magistrados y jueces del nuevo Poder Judicial”.
Seguramente habrá aspirantes a los cargos judiciales que participan de buena fe, algunos de ellos que se manifestaron en contra de la reforma del oficialismo. Pero lamentablemente para la democracia y la impartición de justicia, las reformas al Poder Judicial donde se contiene la misma elección en urnas, es una aberración.
Con la complicidad del Instituto Nacional Electoral (INE) controlado por el oficialismo del Gobierno de la 4T, la elección del 1 de junio es sólo de interés del Gobierno y el Partido-Estado, quienes activarán a sus movilizadores, expertos en el acarreo y compra de votos.
El organizador del ejército electoral de Morena, Andrés Manuel López Beltrán, el secretario de Organización, el poder tras el trono, es el encargado de instrumentar la elección de jueces, al estilo venezolano.
El INE controlado por el Gobierno de la 4T tiene el monopolio de la cadena de custodia de la paquetería electoral en los comités distritales judiciales, ellos recibirán la votación y harán el recuento de boletas, sin vigilancia ciudadana alguna.
Tanto el Consejo General del INE como los comités distritales en los estados, están controlados por Morena y los gobernadores, serán los centros de la “alquimia” electoral.
A pesar de las evidencias de la intervención del Partido-Estado Morena, los gobernadores, legisladores y alcalde de ese partido en la elección judicial, donde apoyan a sus candidatos, la lideresa nacional Luisa María Alcalde Luján, dijo que ni apoyan ni intervienen.
A nadie debería sorprender la ligereza y cinismo de la presidenta nacional de Morena, el Partido-Estado, porque es el común denominador de un Gobierno y partido que mienten como respiran.
Ellos mismos, el oficialismo, se ha fijado la meta de meter a las urnas 20 millones de boletas, invirtiendo millones de pesos en los estados para el acarreo, que coinciden con la cifra relacionada con los beneficiarios de los programas sociales Bienestar.
La elección judicial del 1 de junio es una jornada electoral monopartidista, donde serán juez y parte el gobierno, INE y Morena para validar el agandalle histórico del Poder Judicial al servicio del titular del Ejecutivo federal.
En la recta final de las “campañas” para elegir jueces de distrito, magistrados y ministros de la Corte, coincidió con la aclaración de la presidenta Sheinbaum respecto al desistimiento de enviar una reforma constitucional que cancelará la autonomía de las fiscalías generales de justicia.
La presidenta retiró una de las propuestas más honestas y sinceras para retomar los poderes Ejecutivo de la federación y el estado el monopolio del Ministerio Público, porque lo que hay es una simulación burda de la Presidencia de la República y los gobiernos de los estados.
Con el control del Poder Judicial Federal y de los estados, con la elección judicial, más el monopolio de los gobiernos del Ministerio Público, cerraría el régimen de la 4T el círculo vicioso del Estado absolutista, que en la práctica así ocurrirá en el devenir de los años.