El ejército de Israel anunció la expansión de sus operaciones terrestres en el norte y sur de la Franja de Gaza, donde intensos bombardeos dejaron al menos 50 muertos, incluidos menores.

Estas acciones forman parte de la campaña militar para liberar rehenes capturados por Hamás y desmantelar su estructura. La guerra ya ha provocado más de 53 mil muertes, según autoridades locales.

Desde el miércoles, al menos 340 palestinos han muerto por ataques israelíes. El bloqueo humanitario impuesto desde marzo ha intensificado la crisis alimentaria en el enclave.

El primer ministro Benjamin Netanyahu autorizó solo una cantidad básica de alimentos para evitar una hambruna masiva, aunque la entrada de ayuda sigue severamente restringida.

En paralelo, Catar media en negociaciones indirectas. Netanyahu afirmó que solo aceptará una pausa si Hamás acepta el exilio de sus líderes y el desarme total del enclave.

Hamás continúa participando en las conversaciones, aunque rechaza condiciones previas. Mientras tanto, las fuerzas israelíes emiten órdenes de evacuación en zonas civiles antes de nuevos bombardeos.

La Defensa Civil de Gaza reportó ataques mortales en Al Mawasi, Jabaliya, Al Zawaida y Jan Yunis. Todos los hospitales públicos del norte quedaron fuera de servicio.

Desde la reanudación de las hostilidades el 18 de marzo, han muerto más de tres mil 100 personas. Naciones Unidas considera creíbles los datos del Ministerio de Salud del enclave.

La situación en Gaza representa una de las crisis humanitarias más graves del siglo, marcada por la violencia constante, el desplazamiento masivo y el colapso total de los servicios básicos.

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