Apenas días después de dejar su puesto como asesor en la Casa Blanca, Elon Musk criticó duramente la agenda fiscal de Donald Trump. El empresario calificó el proyecto presupuestario republicano como una “abominación repugnante”.

Musk afirmó que este plan comprometerá gravemente la sostenibilidad fiscal de Estados Unidos. En su red social X, expresó: “Lo siento, pero ya no lo soporto”. Criticó a los legisladores que apoyaron el paquete.

El proyecto aprobado por la Cámara de Representantes enfrenta ahora revisión en el Senado. Incluye un cobro del cinco por ciento a las remesas, extensión de recortes fiscales, y eliminación de impuestos a propinas y horas extra.

Además, fortalece el gasto militar y en migración, y eleva el techo de deuda nacional en cuatro billones de dólares. Musk, quien presidió el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), se distanció de Trump tras diferencias internas.

Desde su cargo, impulsó ajustes radicales al aparato federal, pero ahora acusa al gobierno de traicionar ese espíritu. La portavoz Karoline Leavitt defendió el plan y afirmó que el presidente se mantiene firme.

En el Partido Republicano, las opiniones están divididas. El senador Kevin Cramer coincidió con Musk en la crítica, pero destacó el potencial crecimiento que traerán los recortes. John Thune, líder de la mayoría en el Senado, restó importancia.

Musk, donante influyente para las elecciones de 2024, había legitimado la narrativa de Trump. Su ruptura pública revela una grieta entre sectores empresariales y la dirigencia republicana sobre el gasto público.

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