Donald Trump aseguró que las instalaciones nucleares iraníes fueron "totalmente destruidas" por los bombardeos de su país. Sin embargo, un informe de inteligencia pone en duda esa afirmación.

El ataque fue coordinado con Israel, que inició su ofensiva militar el 13 de junio. Estados Unidos atacó las instalaciones de Natanz, Fordo e Isfahán, claves para el programa nuclear iraní.

El objetivo declarado es frenar el supuesto avance de Irán hacia la bomba atómica, algo que Teherán niega rotundamente. El reporte de la DIA indica que el daño fue parcial.

Según fuentes citadas por la prensa, los ataques solo bloquearon entradas, sin destruir las estructuras subterráneas ni las centrifugadoras o el uranio enriquecido almacenado.

Desde la OTAN en La Haya, Trump insistió en que las instalaciones “fueron destruidas” y que los bombardeos “retrocedieron décadas” el programa nuclear de Irán.

El presidente estadounidense dijo esperar el informe de Israel, que también atacó instalaciones nucleares. Mencionó que el primer ministro Netanyahu brindará datos clave.

Trump también destacó que la tregua entre Irán e Israel anunciada días atrás “funciona muy bien”, tras casi dos semanas de ataques cruzados.

Aunque Washington busca mostrar fuerza, las dudas sobre la eficacia real de los ataques persisten. Analistas creen que el daño no fue decisivo.

El tema genera tensión en Medio Oriente y mantiene en vilo a las potencias occidentales preocupadas por una escalada nuclear.

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