Horas antes del desfile militar y de manifestaciones antimilitares, un juez federal bloqueó el intento de Donald Trump de tomar control de la Guardia Nacional de California. Sin embargo, un tribunal de apelaciones revirtió temporalmente la medida, favoreciendo al expresidente.

El conflicto se agudiza en California, epicentro de las protestas contra la ofensiva antimigrante impulsada por Trump. En Los Ángeles, miles de personas salieron a las calles para rechazar las redadas y arrestos masivos de migrantes indocumentados. La violencia y los disturbios sirvieron de pretexto para desplegar 4,700 elementos, incluyendo 700 marines en activo, lo que generó tensión con el gobernador Gavin Newsom, quien calificó la situación como una “crisis fabricada con fines políticos”.

Desde su red Truth Social, Trump celebró que Los Ángeles esté “sana y salva” gracias al respaldo de la fuerza militar, mientras su gobierno justificó el uso de la Guardia Nacional como respuesta a una ‘amenaza nacional’.

La polémica aumentó cuando agentes de seguridad expulsaron al senador demócrata Alex Padilla de una conferencia encabezada por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, luego de que intentara cuestionar la legalidad del despliegue. El gobernador Newsom calificó el hecho como “vergonzoso y dictatorial”.

En paralelo, la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) confirmó la muerte de un migrante mexicano el pasado 7 de junio en Georgia, mientras estaba bajo custodia del ICE. El connacional había sido trasladado desde una prisión estatal en Jackson. El fallecimiento ocurrió apenas un día después del inicio de las protestas.

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