Nicolas Sarkozy, expresidente de Francia, ingresó este martes a la prisión de la Santé en París. Cumplirá cinco años por una condena de asociación ilícita.

Esta mañana encierran a un inocente”, escribió Sarkozy en X. Denunció un “escándalo judicial” y aseguró que “la verdad triunfará” ante las acusaciones.

El tribunal lo condenó por financiar ilegalmente su campaña presidencial de 2007 con dinero libio, durante su llegada al poder como jefe de Estado.

La decisión judicial no esperó el resultado de su apelación, que será revisada en semanas. Su esposa, Carla Bruni, criticó esta medida públicamente.

Seguidores de Sarkozy se reunieron fuera de su residencia en el oeste de París, gritando: “¡Nicolas presidente!” y “¡Liberen a Sarkozy!”.

Cumplirá condena en una celda de aislamiento de nueve metros cuadrados, con cama, escritorio, ducha, refrigerador, televisor y calefacción.

Evitará contacto con otros presos y la exposición mediática. Sin embargo, algunos internos gritaron “¡Está Sarkozy!” a su llegada al penal.

Podría salir en semanas, si se acepta la solicitud de libertad condicional. Mientras tanto, saldrá una hora al día y recibirá visitas familiares tres veces por semana.

El abogado Christophe Ingrain pidió rapidez en el proceso, destacando la situación excepcional por ser un expresidente condenado.

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