Un operativo de ICE en el sur de Los Ángeles terminó en un tiroteo, dejando heridos a un migrante indocumentado y a un alguacil estadounidense.

El incidente ocurrió durante una “parada de tráfico dirigida”, según el Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Es un procedimiento común en redadas migratorias.

El DHS explicó que el inmigrante intentó huir embistiendo con su vehículo a los agentes. En respuesta, los oficiales abrieron fuego.

El hombre fue herido en el codo, mientras que una bala rebotó y alcanzó la mano de un alguacil adjunto. Ambos están estables en el hospital.

El tiroteo ocurre en un contexto de creciente tensión entre el gobierno federal y las ciudades santuario como Los Ángeles, Chicago y Portland.

Estas ciudades han criticado la mano dura migratoria impulsada por la administración Trump, que incluye redadas masivas y detenciones prolongadas.

En Chicago, ciudadanos alertan sobre la presencia de ICE con mensajes como “ICE spotted” o “no salgan”, acompañados de emojis de alerta.

En Los Ángeles, el Consejo del Condado declaró un “estado de emergencia” ante el impacto en las comunidades migrantes.

Tenemos familias que no saben si sus seres queridos fueron arrestados o desaparecieron”, denunció la supervisora Janice Hahn.

Desde el DHS, la vocera Tricia McLaughlin acusó a líderes locales de promover una “resistencia peligrosa” contra los operativos migratorios.

Mientras la investigación oficial continúa, el episodio refleja la confrontación abierta entre autoridades federales y gobiernos locales que protegen a sus comunidades inmigrantes.

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