Mesa Cuadrada

Por: Gabriel Reyes Cardoso / @GabrielReyesCa3

En la Filosofía y en las iglesias de todas las corrientes del pensamiento, la condición para obtener el perdón o corregir conductas, exige un exámen de conciencia que se pide,  honesto, exhaustivo, responsable.

La evaluación de todo lo que se hace, es también un principio de la ciencia, a grado tal que, si no se evalúa lo que se va a hacer, la misma ciencia prescribe no se haga.

En política, debiéramos aplicar lo mismo.

En la realidad, ningún actor político cumple esa condición. No evalúan si sus actos son resultado consecuente y lógico de sus ideas y pensamientos. Menos evalúan el grado de satisfacción de los electores.

Los partidos deberían hacer ese ejercicio, para poder presentarse una y otra vez a los electores y volver a pedirles, confíen y voten por ellos. Pero en México uno de los males mayores es el cinismo.

Hace mucho tiempo que, en esta democracia, falsedades, corrupciones e impunidad,  impiden credibilidad y confianza. La democracia actual cursa sin ideas, sin ideales, sin compromisos serios de mediano y largo plazo. Se basa en la capacidad de denostar, ofender y en el ejercicio de una creatividad para poder indagar o a veces, inventar, situaciones que hagan quedar en ridículo a los adversarios políticos.

Pero, hacia adentro, los partidos operan con diferencias. Buscan a quien culpar de sus fracasos.

Toco el tema, porque leo, sin sorpresa, que el PRI POBLANO, ha expulsado a varios ex militantes de sus filas y ha bajado de los altares de la veneración a directivos que alguna vez merecieron el trato cercano al que se dan a los santos, a las vírgenes o a los profetas, a los que antes,habría quemado incienso y protestado seguimiento.

Un partido, por supuesto tiene la facultad de sancionar a quienes, por irse de su casa, pero no todos pueden tachados de traidores. El irse, no es causal de traición, en una organización política que se construye para la libertad total y  se trabaja para la justicia.

Con el que se va, se deben aplicar los mismos criterios que a quienes llegan. Saber quien traiciona primero a quien.

Los directivos, a mi juicio, la mayor de las veces, merecerían el título de traidores, porque, ahora, ellos pactan, hasta con quienes fueron sus adversarios de siempre, negocian con otros partidos, acuerdos que, les benefician a algunos de los que mandan en los partidos.  Eso, es traición.

Traición también es la que cometen los directivos de un partido, cuando cierran el paso a otros miembros y a otras generaciones y se adjudican los puestos en elección. Unas veces son senadores, otras gobernadores, luego diputados, nuevamente senadores, presidentes municipales. Chequen los nombres, que circulan de puesto en puesto, en cada uno de los partidos viejos o nuevos, se darán cuenta que son los mismo, con alguna que otra excepción que van ingresando a la lista de beneficiarios, porque son hijos, nietos, sobrinos, yernos o nueras de los que hace 25 años dirigen los partidos, representan al pueblo o gobiernan en cualquiera de los tres niveles.  Ojo, vea como los apellidos se repiten a lo largo de estos últimos años y los que aparecen, son familiares directos.  Así pasa con los artistas, meten a sus novias, luego a sus hijos, luego a sus nietos, nueras o yernos. Pero en el medio de la diversión, ninguno de los radioescuchas, o telespectadores metemos las manos.

No sé que tanto daño causen a los priistas que expulsan ahora por ser de otros partidos, a lo mejor hasta los liberan de una atadura que no les era benéfica, porque también hay que decirlo, los que se van, es porque ya no tienen espacios, ni de respeto a su dignidad de militantes, ni para la participación política.

A Pepe Alarcón, por ejemplo, habría que medirlo por los inteligentes y secretos servicios que siempre garantizaron triunfo al PRI. En el saldo de su paso por esa organización,seguramente le seguirán debiendo, aun cuando lo expulsen o no le hablen.

Finalmente, los priistas de ahora, líderes de transparencia, no podrían presumir ni de honestidad ni de pertinencia. Aguas, porque se están yendo muchos y en esa evaluación de si mismos que les falta, a lo mejor, pronto no habrá quien expulse a los demás, porque se habrán ido todos.

 

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