La frágil edificación del gobierno barbosista empezó su desmoronamiento antes de iniciado. La renuncia masiva al gabinete de secretarios y funcionarios obedece a la falta de un proyecto definido para gobernar.

Cuándo renuncia uno o dos secretarios es comprensible. Sin embargo, cuando sucede uno tras otro hasta sumar siete en escasos nueve meses de mandato algo anda muy mal.
Si menos de dos personas tienen diferencias con Barbosa Huerta seguro que quienes están mal son ellos. Pero si la cantidad es masiva, la responsabilidad es de quien comanda la nave. Tantas diferencias son producto de la necedad. Nadie es dueño de la verdad absoluta.
Sólo el problema del Covid-19 había frenado la desbandada. La directora del

ISSSTEP, Karen Berlanga Valdez, decidió no esperar más y renunció al cargo.

Berlanga Valdez, al igual que otros funcionarios y secretarios, hizo gala de tolerancia y paciencia.

La dignidad como seres humanos impide soportar malos tratos.

Otros servidores públicos esperan el fin de la contingencia para renunciar. Algunos ya pusieron su dimisión por escrito sobre la mesa. Sólo es cuestión de tiempo.

También personal de seguridad del primer
círculo del gobierno están molestos. Piden a gritos regresar a sus labores normales.

Ya no quieren dormir en pésimas condiciones en Casa Aguayo, donde, si bien les va, descansan cuatro o cinco horas al día.

El desmoronamiento lo inició Julio Guillermo Ruiz Argüelles, quien declinó a participar como titular de la Secretaría de Salud.

La primera renuncia a 19 días de funciones, cuando Salomón Kuri Contreras dejó a la Secretaría de Administración. La misma Karen Berlanga salió de la Secretaría de la Función Pública (SFP) para tomar el cargo del ISSSTEP.

Más tarde, María Concepción Lugo Alarcón dijo adiós a la Secretaría de Administración. Heliodoro Luna tiró el arpa en Infraestructura —se oponía a que el manejo de obra la asumiera alguien demasiado cercano a Barbosa—.

Por esa razón puso a Daniel Gámez Murillo, joven de Tehuacán. Manejable al 100%, desde que lo conoce, y a quien asignó primero al extinto CAPCEE.

Fernando Manzanilla se percató del incumplimiento en los acuerdos y dejó huérfana la Secretaría de Gobernación

Tan huérfana que sigue igual y Barbosa Huerta debe asumir la posición.

Y ahora Karen Berlanga puso el ejemplo de dignidad. También hubo movimientos en seguridad.

¡Puebla tiene un gabinete devaluado!

Los que continuarán son los que acuñan frases como: “SÍ, señor”, “Ordene, señor”, “Lo que usted diga, señor”.

REPORTE DEL INFORMANTE

Programa pirateado. En el primer mes del gobierno barbosista el entonces director del Instituto Poblano de Asistencia al Migrante, Christian Ayala Espinosa, quien por cierto despachaba en las oficinas del Portalillo de El Alto, perteneciente al Ayuntamiento capitalino, presentó un proyecto para beneficiar a familias de poblanos que mueren en Estados Unidos.

A grandes rasgos, propuso adquirir pólizas de deportación de cuerpos de migrantes para evitar hasta 90 mil pesos por el traslado a Puebla.

La idea, por supuesto, agradó al gobierno. Y el pago a Christian fue una “patada de despido”. Ahora el gobierno estatal, con el apremio del Covid-19 y unas modificaciones pretende darle luz verde. ¿Brillante, verdad?

 

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS PUEBLA

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