El Puebla de la Franja sumó su cuarto partido consecutivo sin ganar, el segundo en casa en el que desperdicia una ventaja de 2-0 para verse igualado en el marcador y pese a ello se mantiene en el tercer lugar de la tabla general aunque con un duro calendario por delante ya que de los cuatro juegos que restan en el calendario, tres son fuera de casa frente a León, Pachuca y Mazatlán y solamente en la fecha 16 se recibirá al Necaxa. “¿Qué pasa con el Puebla?” es la pregunta que se hacen los aficionados camoteros dando pie a muchas conjeturas que van desde una baja de juego generalizada a la baja de algunos futbolistas en particular encabezados por Javier Salas y Pablo Parra, así como algunas otras extra futbol https://www.youtube.com/watch?v=zjOPlzVGH0U.

Por primera vez desde que la racha de malos resultados inició, Nicolás Larcamón, quien había insistido en que el equipo mantiene su estructura y sus líneas de identidad, reconoció que se trata de una “turbulencia” que tras pasarla se volverá a competir bien en las instancias finales del campeonato. Esta “turbulencia” es multifactorial porque el futbol es un deporte colectivo y cuando el Puebla estaba invicto y peleaba por el liderato era porque había logrado un funcionamiento armónico entre sus distintas piezas y ahora que han aparecido las derrotas y se han dejado escapar al menos siete puntos (uno contra San Luis y los triunfos frente a Santos y Pumas) también las causas son colectivas aunadas a factores externos como los ajustes que los equipos han realizado para contrarrestar al Puebla como incluso cambiar sus parados tradicionales.

Ante esos ajustes de los equipos que han buscado presionar alto para ocasionar pérdidas de balón en la salida poblana lo que ha ocasionado goles en contra como sucedió en San Luis Potosí y Toluca, o el cambio de la tradicional línea defensiva del Toluca, el cuerpo técnico del Puebla ha buscado variantes y en esa búsqueda se han producido desajustes, a lo que podemos sumar falta de concentración en momentos determinantes de los partidos. En los últimos cuatro partidos el Puebla ha recibido ocho goles, cuando hasta la fecha ocho sumaba siete goles en contra, de esos ocho tantos recibidos cinco se han producido en los minutos finales del primer o segundo tiempo lo que habla de una falta de concentración generalizada: El primero contra San Luis se dio al 40, el de la derrota al 90 +3, si bien contra Santos los goles laguneros cayeron antes del minuto 80, los tantos del empate visitante se produjeron en un minuto con la agravante de recibir un gol tras un saque de manos, contra Toluca el segundo gol cayó al 44, un minuto antes del descanso, situación que se repitió ante Pumas ya que el gol que recortó la ventaja camotera se produjo al 45 y el del empate al 85.

Ya tenemos dos factores que pueden explicar la mala racha poblana: Los ajustes de los rivales y la falta de concentración en momentos claves de los juegos porque antes de la fecha nueve era el Puebla el que acostumbraba marcar goles de último minuto. Ante los ajustes de los rivales, Larcamón y su cuerpo técnico han buscado variantes y eso tiene que ver con algunos cambios que lejos de ayudar al equipo le han creado más dudas. Jugar con tres centro delanteros en Toluca no generó mayor peligrosidad facilitó la labor defensiva de los choriceros, el viernes pasado contra Pumas, el juego dictaba la salida de Federico Mancuello que ya no conectaba con la ofensiva y que estaba siendo superado por la dinámica de Pumas y, por ello, se antojaba el ingreso del canterano Alberto Herrera, pero Larcamón prefirió los ingresos de Martínez por Aristeguieta (quien al botarse constantemente ayudaba a mantener el balón) y de Barragán por Parra. En la jugada previa al gol del empate universitario se produjo una acción clave: Israel Reyes robó el balón y se agregó al frente, el flujo de la jugada hizo que Barragán tomara el balón por la derecha, mientras Reyes medía a la línea defensiva para no caer en fuera de lugar y le marcó el pase, pero Barragán se tardó, Reyes le volvió a marcar el pase y Barragán tampoco lo lanzó, por tercera ocasión el central poblano marcó el movimiento y Barragán lo buscó pero su pase fue muy fuerte y por ello lo recogió el guardameta Julio González, con Reyes regresando, los Pumas organizaron la jugada del gol del empate donde el pase clave fue de Fabio Álvarez a la zona donde no estaba Reyes para que se produjera la diagonal que acabó en el gol del joven Jorge Ruvalcaba, es decir, de un balón perdido en ofensiva se generó el empate.

Falta de concentración, los ajustes de los rivales, cambios buscando otras alternativas que en lugar de solucionar han generado desajuste y las lesiones que no se habían presentado al inicio del campeonato son los factores que han creado esta “turbulencia”. En las nueve fechas que el Puebla estuvo invicto no presentó lesiones y, por ello, cabe recordar que si bien esta plantilla de jugadores tiene talento es reducida en número y cada baja es sensible y se siente más que en otros equipos. El viernes volvió a faltar Jordi Cortizo quien se ha vuelto esencial para Larcamón y tampoco estuvo Emanuel Gularte quien había jugado todos los partidos del campeonato a un gran nivel, gozando de su mejor campaña desde que llegó a México, sin olvidar que George Corral no apareció en la convocatoria; en el segundo lapso, Lucas Maia quien había frenado los embates de Alan Mozo también salió con molestias musculares; el Puebla es un equipo que juega con gran intensidad y en esta parte del campeonato los jugadores han empezado a resentirlo. Es cierto que Pumas tenía más bajas que los camoteros, pero el tema de las lesiones no es un pretexto sino un factor que se suma a la baja de productividad poblana.

Son cuatro factores colectivos que explican la “turbulencia” de la que habla Larcamón, podríamos sumar ya algunos detalles individuales como ciertas decisiones para tener más claridad de cara a gol, decisiones en las que se han equivocado Maxi Araújo, Pablo Parra (ambos por conducir de más), incluso Ferrareis y hasta Mancuello ya que, por ejemplo, el viernes prefirió dar un balón a Aristeguieta, quien estaba en fuera de lugar, que lanzar a Ivo Vázquez quien le marcaba el pase por fuera y estaba en buena posición; sin embargo, un sector de la afición la ha tomado contra Javier Salas quien sigue aportando la misma brega, el mismo trabajo de recuperación sin claridad ofensiva que ha enseñado desde la llegada de Larcamón al banquillo y justo cuando hace un año varios de los que hoy lo fustigan lo pedían en la selección nacional. Para un servidor el mejor partido en la era del timonel argentino fue el 5 de marzo de este año en el Azteca contra Cruz Azul y ese día jugaron Diego de Buen en la central, con Corral y Salas en la contención, mientras que Israel Reyes se quedó en la banca e ingresó en el segundo lapso por Diego de Buen para dictar una cátedra de trabajo defensivo https://www.youtube.com/watch?v=zpqSA07fKw0&t=104s, en ese juego Salas dio una asistencia para el tercer gol de Aristeguieta, pero un mes después es el culpable de todos los males del Puebla.

No es defender a Salas por un pase para gol, puede ser que no esté al mismo nivel de hace un año, pero sigue siendo una pieza fundamental para el Puebla y sigue ofreciendo mucho trabajo, los problemas del Puebla no se explican porque un jugador “consentido” (si es el capitán se lo ha ganado con su trabajo en los tres torneos que Larcamón ha estado al frente del equipo) tenga minutos en detrimento de otros porque muchos se han confundido al creer que Salas dejó en la banca a De Buen, cuando el segundo había jugado la mayor parte de este campeonato como tercer central ya que en los primeros juegos el que apareció en la contención durante la lesión de Salas fue Israel Reyes. Salas, como todo el equipo, deberá mejorar porque es una pieza fundamental para buscar ese mayo memorable del que habla Larcamón.

La mala racha del Puebla ha servido para tristemente demostrar que algún sector de la afición poblana tiene una memoria corta, o que prefiere creer en todo tipo de explicaciones aunque no tengan una base futbolística, antes de entender que el futbol es un deporte colectivo donde los resultados (buenos y malos) se explican por la suma de factores, pero además algunos han convertido esta “turbulencia” en una tormenta cuando el Puebla sigue dependiendo de sí mismo para clasificar directo a la liguilla entre los primeros cuatro y, de acuerdo con lo que dice Larcamón, al pasar la “turbulencia” se volverá a competir bien. El mayo memorable con el que todos sueñan depende de evitar la falta de concentración, recuperar a jugadores importantes de sus lesiones, sacar la conclusión de qué variantes son las que ha sorprendido a los rivales y cuáles han creado desajustes, así como elevar el nivel de juego de todos los integrantes del plantel, no de uno o de dos en particular; la parte esperanzadora de la historia es que ese mayo memorable sigue dependiendo del propio Puebla a través de su cuerpo técnico y jugadores.

@abascal2

El Blog de Puebla Deportes escribe Antonio Abascal