Economía. A riesgo de sonar repetitivo o que crean que esto es un compló para deprimirlos y echarles a perder esta fiesta ciudadana que es la Nueva normalidad al estilo cuatroté, por más que ni sea nueva ni esté normalizada, o que sea como la quinta vez que “domamos la pandemia”; pero, por enésima vez desde que Andrés Manuel López Obrador asumió como Presidente de la República, uno de los indicadores más importantes de la economía mexicana establece una tendencia a la baja que, simplemente, es imposible dejar de comentar.

Una de las criticas serias (no pataletas de que “porque salgo mal ya no quiero que me midas”) hechas a la metodología de cálculo del Producto Interno Bruto (PIB) es que, si bien es muy consistente y permite la comparabilidad entre regiones y países, su cálculo es muy lento para las necesidades del siglo XXI y, para cuando se tiene y publica normalmente, ya no es útil para la toma de decisiones de coyuntura.

Por esta razón, el INEGI desarrolló el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) con una metodología parecida a la del PIB, pero que, al no tener la amplitud de información que tiene la estimación del PIB, permite obtener resultados un poco menos precisos, pero más oportunos y frecuentes (el PIB se calcula a intervalos trimestrales mientras que el IGAE se hace de manera mensual).  De alguna manera, lo importante del IGAE, más que una precisión centesimal de los datos es que permite anticipar de manera oportuna cuál es la tendencia de la economía mexicana.

Con la actualización de los datos del IGAE a mayo de 2020 lo que preocupa es, precisamente, la tendencia. Si bien es cierto que de abril a mayo la caída es de -2.6%, la de mayo de 2020 respecto a mayo de 2019 es de -21.6%, lo que significa la mayor contracción en la historia del Indicador.  Avísenle al Presidente, porque su recuperación en forma de “v” se le va como homerun por el center narrado por El Mago Septién…

POLÍTICA

Honor a quien honor merece. Normalmente vilipendiados, y en muchos de los casos con justa razón, la mayor parte de los diputados federales del país supieron estar a la altura y lograron que el nombramiento de los cuatro nuevos consejeros del INE se diera dentro de los causes institucionales, a pesar de la rabiosa, pero poco racional y aún menos legal, intentona por parte de los más radicales y con menos visión de Estado de echar abajo el proceso porque “no era lo suficientemente cuatroté”.

Cuidar al INE es cuidar la democracia, que tal vez no sea tan sexy y divertida como hacer Tik Tok desde la máxima tribuna del país o jugar a ser Charlot ya convertido en el “Gran Dictador”, pero es necesaria porque se sigue manteniendo fiel a su promesa más básica: darnos la oportunidad de arreglar en la próxima elección las tonterías que hicimos en la anterior.

OTROS PECADILLOS

Entiendo la lógica de ser “políticamente correctos” y darles su lugar a los pueblos originarios, ¿pero tener que cambiarle el nombre a los históricos Pieles Rojas de Washington (¡saludos Gun y Tony!) no es ya demasiado?

 

Las opiniones expresadas por los columnistas son independientes y no reflejan necesariamente el punto de vista de 24 HORAS PUEBLA

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