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Más de 3 mil soldados estadounidenses llegaron al mar Rojo a bordo de buques de desembarco, en un nuevo despliegue para disuadir a Irán de incautar petroleros, anunció ayer la Marina estadounidense.

Esta operación refuerza el despliegue de las fuerzas estadounidenses en el Golfo, una zona estratégica para el tráfico internacional de hidrocarburos.

Irán, un país confrontado frontalmente con Estados Unidos, afirmó que el despliegue militar estadounidense en la zona “nunca aportó seguridad” y que “los intereses [de Washington] en esta región siempre lo empujaron a alimentar la inestabilidad y la inseguridad”.

Los militares llegaron al mar Rojo el domingo a bordo del “USS Bataan” y el “USS Carter Hall“, indicó la Quinta Flota de la US Navy en un comunicado.

“Con estas acciones, Estados Unidos demuestra su compromiso para garantizar la libertad de navegación y disuadir a Irán de llevar a cabo actividades desestabilizadoras”, agrega.

ALASKA

Además, desplegó cuatro buques de guerra de la armada después de que las fuerzas navales rusas y chinas realizaran ejercicios conjuntas cerca de la costa de Alaska, según un informe del Wall Street Journal.

Al menos 11 barcos rusos y chinos se acercaron a las islas de Alaska, en el norte del país, revela el documento en manos del medio estadounidense, al agregar que los barcos nunca entraron en aguas territoriales y se fueron. Fueron seguidos por cuatro destructores estadounidenses y aviones P-8 Poseidon.

El Comando Norte confirmó que esta operación fue realizada, pero “no fue considerada una amenaza”. “Este es un claro recordatorio de la proximidad de Alaska con China y Rusia, así como el papel esencial que desempeña nuestro estado en nuestra defensa nacional y soberanía territorial”, alertaron los senadores republicanos de Alaska, Dan Sullivan y Lisa Murkowski.

CON INFORMACIÓN DE AFP