Autoritarismo: Nicaragua se mexicanizó con el modelo 4T
Pablo Ruiz Meza
El signo de autoritarismo para gobernar se extiende en varios países Latinoamérica, como ocurre en regímenes como Cuba y Venezuela.
El gobierno de la república en la era de la Cuarta Transformación ha consumado en México esa misma ruta, al apropiarse del Poder Judicial Federal, y culmina el dominio absoluto con la desaparición de los organismos autónomos.
Con argucias y mentiras sobre la presunta existencia de la corrupción, así como por la austeridad, minaron y destruyeron la división de Poderes y la autonomía de organismo como el INAI.
Desde el gobierno de Andrés Manuel López Obrador se puso en marcha desde el Poder Ejecutivo el control absoluto de los Poderes Legislativo y Judicial.
Desaparecieron los organismos autónomos en la Cámara de Diputados dominada por el Partido-Estado y partidos satélites (PT y PVEM), en total sumisión a una doble orden presidencial: de AMLO y Claudia Sheinbaum Pardo.
Eliminan así siete organismos constitucionalmente autónomos: el INAI, la Comisión de Competencia Económica (Cofece), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y Coneval, la Comisión Reguladora de Energía (CRE), la de Hidrocarburos (CNH) y de Mejora Continua.
Cesaron los ataques y descalificaciones presidenciales contra el INE y la CNDH, porque ahora los controlan.
Es la misma Cámara de Diputados dominada por el oficialismo que le dio poderes absolutos a la presidenta del INE, Guadalupe Taddei, para imponer a los directivos del organismo.
Los discursos para la extinción de los organismos autónomos solo cambio de género, al reproducirlos a pie juntillas la presidenta Sheinbaum, que rayan en demagogia y manipulación.
Arremetieron con presuntos actos de corrupción de jueces, magistrados y ministros para desprestigiarlos, sin que existiera un solo caso juzgado y sentenciado, a diferencia del robo en Segalmex durante el gobierno de la 4T: varios de esos pillos cuatroteros están en prisión.
Justamente fue a través del INAI como se descubrió el escandaloso robo en el sexenio de AMLO, mismo que dio protección e impunidad a su mentor priista Ignacio Ovalle, director de Segalmex.
Lo que ocurre en México con el acelerado proceso del Segundo Piso de la 4T para consumar el perfil autoritario de gobierno, nos remite necesariamente a lo que ocurre en Nicaragua.
Nicaragua se ha “mexicanizado” al imponer reformas constitucionales para perpetuar en el poder al dictador Daniel Ortega y con su cónyuge para controlar las funciones del Poder Judicial, apoyados por la Asamblea Nacional bajo control total del gobierno.
Ortega impulsa una reforma constitucional en Nicaragua que eleva a su esposa Rosario Murillo al cargo de copresidenta.
La reforma aniquila la independencia de poderes al someterlos a los designios del matrimonio presidencial. Artículo 132 reformado:
“La presidencia de la República dirige al Gobierno y como jefatura del Estado coordina a los órganos legislativo, judicial, electoral, de control y fiscalización, regionales y municipales, en cumplimiento de los intereses supremos del pueblo nicaragüense”… (¿Le suena conocido?)
El artículo 8 también recalca que la separación de poderes —que de facto ya no funcionaba en Nicaragua— ha sido extinguida: “El pueblo ejerce el poder del Estado a través de la presidencia de la República que dirige al Gobierno” (El País 201124).
¿Nicaragua se mexicanizó con el autoritarismo?, ¿o al revés?
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