En la capital poblana, el DIF municipal alberga un sistema de apoyo para familias de escasos recursos que permite a los niños desarrollarse en condiciones dignas, brindarles atención emocional, educativa y en materia de alimentación. Se trata del Centro de Día, programa único en el estado de Puebla y en donde se atienden a 50 menores en condición de vulnerabilidad. 

“Mis hijos tienen seis meses aquí. Están aprendiendo más, están más integrados con sus compañeritos y hasta están aprendiendo Tae Kwon Do”, dijo Verónica, mamá de dos alumnos del inmueble que viajan de lunes a viernes desde la colonia Santa Catarina, ubicada en la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacan, hasta la calle 14 A Sur de la colonia Anzures, donde se ubica el Centro de Día

Se trata de un proyecto de la Dirección Jurídica del Sistema Municipal DIF, cuyo propósito es atender a niños que viven en una situación especial que les impide asistir a un ciclo normal académico, por bajos recursos o por trabajo intermitente de sus padres, por ejemplo. 

“Desde hace 14 años este programa ha llegado a las familias para brindar clases de regularización a niños de primaria y secundaria, en un sistema distinto al escolarizado pero de igual valor”, comentó Irma Méndez Rojas, directora Jurídica y Protección de Derechos del Sistema Municipal DIF.

Menores desde los 10 y hasta los 17 años son atendidos en este lugar en donde además asisten a talleres deportivos como taekwondo y futbol, pero al ser adolescentes, se les brindan cursos de carpintería, en un horario de 8 de la mañana a 2 de la tarde. 

Méndez Rojas comentó que los beneficiarios reciben asesorías de tres maestros, basada en el sistema del Instituto Nacional para la Educación de los Adultos (INEA), donde se emplean seis libros para primaria y nueve para secundaria. En tanto, se han incorporado al equipo psicólogos que apoyan en el ámbito emocional, lo que ha beneficiado a que la integración sea menos complicada. 

En entrevista para 24 HORAS, Verónica, la madre de dos estudiantes del Centro de Día, cuenta que ha sido notorio el cambio en sus hijos más allá de lo educativo, sino en lo emocional y de integración familiar. 

“Cuando llegan a casa me platican qué aprendieron y siento que sí avanzan, pero también me cuentan de sus compañeritos. Considero que están más integrados, que están cómodos también porque se sienten bien al estar aquí y conocer niños de su edad y que están aprendiendo al ritmo de ellos”, afirmó.

INCLUSIÓN A MENORES 

El Centro de Día también es una opción de regulación para los menores que han padecido algún tipo de abandono o maltrato y que están bajo vigilancia de tutores, que no son necesariamente sus padres.

“Este espacio brinda apoyo a los chicos con carencias económicas, pero también a aquellos que necesitan un acompañamiento especial como el psicológico o jurídico con el fin de garantizar el respeto a sus derechos”, explicó Méndez Rojas.

“Cuando son casos de maltrato o violencia sí podemos intervenir, pero para investigar y conocer las condiciones en las que se encuentran y analizar cuál es el tipo de intervención que tendremos si es a través de la Policía o DIF Estatal”, agregó. 

Hoy, los 50 alumnos del Centro de Día son la generación que impulsa este programa, el cual cuenta con cinco aulas y que busca, a largo plazo, aumentar su matrícula para contar con un sólo inmueble y apoyar en la educación de los menores del sur de la capital poblana.

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