La diputada federal Nora Escamilla fue víctima de los ponchallantas, práctica delictiva común en la autopista México-Puebla, zona conocida por su alta inseguridad y ausencia de respuesta oficial.

La mañana de este 29 de abril, la legisladora del Partido del Trabajo (PT) circulaba rumbo a la Cámara de Diputados, cuando sus llantas fueron dañadas en San Matías Tlalancaleca.

De inmediato, ella y su equipo solicitaron apoyo a la Guardia Nacional División Carreteras marcando al número 088, pero el auxilio nunca llegó pese a esperar 29 minutos.

La única respuesta obtenida fue: “Estamos muy ocupados”, lo que dejó en evidencia la inoperancia del sistema de emergencia vial en una de las rutas más transitadas del país.

La diputada denunció el hecho en redes sociales y subrayó que esta situación la viven a diario miles de automovilistas, sin distinción de rango o actividad.

Escamilla recordó que ha respaldado el fortalecimiento de la Guardia Nacional, y exigió que los casos como el suyo se atiendan con rapidez y seriedad institucional.

No puede ser que las principales vías del país estén vulnerables, sin protección para la ciudadanía”, escribió, destacando la urgencia de reformular la estrategia carretera.

El llamado de la legisladora fue claro: esto no es un tema político, es una exigencia por la seguridad ciudadana y la respuesta efectiva de las autoridades.

Durante años, conductores han denunciado estos ataques, sin que exista una estrategia eficaz que impida que las bandas sigan operando impunemente en esa zona.

La autopista México-Puebla, vital para el transporte de personas y mercancías, sigue siendo un punto crítico de asaltos y extorsiones, según organizaciones civiles.

Escamilla pidió que su caso no se minimice por tratarse de una figura pública, sino que sirva como reflejo de una crisis nacional de seguridad carretera.

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