Una ola de atentados sacudió el suroeste de Colombia este martes, dejando al menos una persona muerta y varios heridos en medio de explosiones casi simultáneas en la ciudad de Cali.

La policía informó que se registraron siete atentados con explosivos en Cali y municipios cercanos. Cuatro fueron con coches bomba y uno más fue activado desde una motocicleta.

Los ataques, dirigidos principalmente contra estaciones de policía, generaron alarma entre la población y una inmediata respuesta de las autoridades locales y nacionales.

El alcalde de Cali, Alejandro Eder, confirmó que las detonaciones ocurrieron en la estación de Policía de Meléndez y en el CAI de Manuela Beltrán.

Medios locales reportaron que la explosión en Meléndez dejó un muerto y al menos cinco heridos, cifra preliminar proporcionada por cuerpos de emergencia.

El alcalde comunicó que fuerzas públicas y personal de salud ya atienden la emergencia en los puntos afectados, y pidió calma a la ciudadanía.

Las autoridades atribuyen los atentados a disidentes de la extinta guerrilla FARC, quienes mantienen acciones violentas en varias regiones del país.

La Tercera División del Ejército Nacional condenó enérgicamente los hechos y responsabilizó a grupos armados organizados por la escalada violenta.

Los atentados representan una nueva amenaza para la seguridad ciudadana en el Valle del Cauca y confirman la persistencia de conflictos armados internos.

Las investigaciones están en curso para identificar a los responsables y prevenir nuevos ataques que pongan en riesgo la estabilidad regional.

El gobierno colombiano enfrenta así un nuevo reto en su lucha contra el terrorismo y la violencia organizada que afecta al suroeste del país.

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