Rusia realizó su ataque aéreo más grande contra Ucrania desde febrero de 2022. La fuerza aérea ucraniana reportó el lanzamiento de 537 armas aéreas, incluyendo 477 drones y 60 misiles.

Durante el operativo, 249 artefactos fueron interceptados, mientras que otros 226 fueron neutralizados mediante interferencias electrónicas. Este ataque afectó regiones alejadas del frente, como Leópolis.

En Drohobych, un incendio en una planta industrial provocó cortes eléctricos. Además, Jersón, Járkov y Dnipropetrovsk confirmaron tres víctimas mortales cada una por los bombardeos.

En Kostyantynivka y Zaporiyia, también se registraron muertes de civiles. En Jersón, un residente murió tras un ataque de artillería.

Un caza F-16 ucraniano, proporcionado por aliados occidentales, se estrelló al ser dañado durante una operación de defensa aérea. El piloto perdió la vida en el incidente.

Frente a la ofensiva, Polonia activó su defensa aérea con apoyo de países aliados. Por su parte, Rusia informó haber derribado varios drones ucranianos en su territorio occidental.

En la región de Bryansk, dos personas resultaron heridas y siete drones fueron destruidos. La situación generó tensión internacional.

Rusia declaró la captura de Novoukrainka, una aldea estratégica en Donetsk. Aunque el frente permanece estático, Moscú ha logrado avances graduales con altos costos humanos y materiales.

En el ámbito diplomático, Sergei Naryshkin, director de inteligencia exterior ruso, afirmó haber dialogado con su homólogo estadounidense, John Ratcliffe.

Por último, el presidente Vladimir Putin reiteró su voluntad de reanudar negociaciones de paz en Estambul, pese a que intentos anteriores no prosperaron.

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