Con 22 compromisos firmados ante notario y arropado por panistas y su familia, Antonio Gali Fayad marca el camino con su plan para puebla bajo cinco ejes que superan cualquier comparación
Por Guadalupe Juárez
Fotos JOSÉ CASTAÑARES/AGENCIA ES IMAGEN
Lunes 2 de mayo. Primera plana del periódico El Universal. La pregunta del reportero no dejaba dudas:
—Definitivamente, ¿Usted sí es morenovallista?
—Yo soy galista, soy ciudadano, respondió tajante y sin titubeos el candidato de la coalición Sigamos Adelante.
La explicación del porqué de esa respuesta, pese a que José Antonio Gali Fayad ha reconocido en diversas ocasiones que parte de su carrera política se la debe al hombre que lo apoyó para convertirse en alcalde de la capital del estado, se dio ayer durante la presentación de su Plan para Puebla, conformado por 5 ejes y 22 compromisos firmados ante notario público, equivalentes al número de meses que durará la gubernatura.
En las instalaciones del MM Grand Hotel, Gali Fayad lucía relajado. Su voz al inicio de su intervención, frente a familiares, aliados políticos –pertenecientes en su mayoría a la corriente denominada morenovallista– y simpatizantes, sonaba desgastada, estragos producto del mes y seis días de campaña.
“Mi plan… depende de las necesidades que todavía tiene el estado”, alcanzó a decir antes de que la música en el salón, al cual sólo los medios gráficos accedieron, lo interrumpiera.
“Hoy no vamos a bailar”, bromeó. Los presentes lo vitorearon por unos segundos. Después, el silencio imperó para dar paso a la voz del exedil, quien aclaró la garganta y lanzó críticas a los gobiernos priistas que antecedieron a la actual administración.
Pero también, entre propuesta y propuesta, Gali dejó un mensaje contundente que permitió entender lo dicho en las planas del rotativo nacional: su apuesta no es la ruptura, el quiebre o la confrontación, sino la continuidad de las políticas exitosas, sin caer en el continuismo al gobierno del que sería su antecesor Rafael Moreno Valle.
“¿Continuismo?” La Real Academia lo define como “la situación en la que un estado de cosas se prolonga indefinidamente, sin indicios de cambio o renovación”, descripción muy alejada de lo que el aspirante a Casa Puebla quiere demostrar a 26 días de que el electorado elija al próximo gobernador de la entidad.
Las 22 propuestas que pretenden ser una forma de gobierno, en caso de que Gali Fayad gane los comicios, abarcan –podría leerse– lo que no se realizó en 80 años de gestiones tricolor y lo que no se alcanzó en cinco años de “transformación”.
Cinco pilares y 22 compromisos para 22 meses de gestión
Gali Fayad sentenció que en su gobierno habría igualdad de oportunidades. Para cumplir esta meta, señaló, tendrá que garantizar una mejor atención médica, aquella negada o ausente en los hospitales recién edificados por el gobierno del estado.
Hoy reconoce: “antes no se había visto tanta infraestructura”, pero añade que falta trabajar en el servicio médico, por lo que se comprometió a la contratación de más galenos, a brindar el servicio las 24 horas del día y a aumentar la entrega de medicamentos.
Así como a poner en marcha un programa de exámenes médicos para menores que asisten a los preescolares públicos, pero aclara “con el consentimiento de los padres”, como queriendo decir que, aunque sea para el bien de la población, no impondrá una decisión.
La continuidad de programas exitosos la hizo tangible en la entrega de uniformes gratuitos para alumnos de primaria y secundaria, así como equipos de cómputo en preescolares.
Moreno Valle emprendió dicho programa bajo un esquema de “apoyo a la economía familiar”, mismo que retomó Gali Fayad en el municipio de Puebla en su gestión como alcalde y ahora como candidato.
GALI A ESCENA
El escenario decorado con azul se ilumina con imágenes de Gali Fayad y el nombre de sus propuestas. Su rostro, resplandeciente por los flashes de las cámaras, trata de suavizarse, de mandar un mensaje de comprensión y sensibilidad hacia un sector que considera ha sido olvidado, el de las personas con discapacidad.
“Imaginen cómo es la atención de una personas con discapacidad a otra con las mismas condiciones. Eso es algo que se busca”, señala al anunciar la implementación de un área de atención especializada.
La Subsecretaría Especializada en la Atención a Pueblos Indígenas y la equidad salarial para mujeres en las dependencias y entidades de gobierno pretenden –indica– reducir la brecha de atención y oportunidades.
No se puede tapar el sol con un dedo –acusa– pero sin denostar las acciones emprendidas intenta dar una posible solución: la prevención.
“La violencia contra las mujeres, contra las niñas, contra mujeres embarazadas que llegan a ser asesinadas sucede en la entidad, en todo el país y en todo el mundo. Ya hay una fiscalía especializada, pero eso es para cuando ya sucedió el incidente, vamos a prevenir…”
La autocrítica generó más compromisos, como la creación de una coordinación especializada en prevenir la violencia en contra de las mujeres y niñas, en donde cuenten con el apoyo de médicos, abogados y especialistas. “Vamos a tapar el pozo antes de que se ahogue”, indicó.
En este eje, denominado Tranquilidad para tu Familia, propuso la instalación del botón de pánico en el sistema de la Red Urbana de Transporte Articulado (RUTA) y reuniones trimestrales con el Consejo Ciudadano de Seguridad y Justicia del estado de Puebla, encabezadas por el Ejecutivo.
Desarrollo regional equilibrado
Las críticas de sus contrincantes llevan como lanza el crecimiento de la ciudad que gobernó Gali Fayad, el cual es poco visible al interior del estado.
La afirmación es revirada por el abanderado de la coalición Sigamos Adelante, “hoy el campo poblano tiene un lugar especial en el Producto Interno Bruto (PIB), se han hecho bien las cosas”.
Pero de forma similar que al inicio de su discurso cuando habló de salud, en un momento de sinceridad, agrega que como gobernador va a continuar con el fortalecimiento del campo, pero sin descuidar lo conseguido en la capital.
Promete que en su agenda, en caso de gobernar la entidad, habrá inauguración de obras al interior del estado tal como lo hizo en la capital, para lo cual enviará una iniciativa de ley de ingresos, en la que se establezca que el 70 por ciento del presupuesto estatal sea destinado en el resto de los municipios y el 30 en la ciudad de Puebla.
La promesa realizada en el encuentro entre candidatos con empresarios se cristaliza y firma ante notario público, junto al resto de los 21 compromisos, el esquema de devolución de 1 del 3 por ciento del Impuesto Sobre la Nómina a las empresas que inviertan en innovación, ciencia y tecnología y apoyen su programa de primer empleo a los jóvenes menores de 29 años.
Medio Ambiente
Derecho al agua e impulsar mecanismos para la planeación de zonas metropolitanas sustentan su propuesta.
Y responde a la solicitud de sanar la cuenca del río Atoyac hecha por organizaciones civiles; señala la importancia de la “voluntad política”, pues indica que parte de la solución a este problema es el diálogo con las autoridades de Tlaxcala, el estado que más contamina el afluente.
Buen Gobierno
Aunque sostiene que en la entidad hay gobernabilidad, Gali Fayad expone que es importante acompañarla de gobernanza, es decir, la cercanía del mandatario estatal con la ciudadanía, que señala, sin decirlo de forma abierta, no hay en la actualidad.
“Si no hay un buen gobierno, vale todo”, expresa al tiempo de indicar la importancia de estos dos conceptos y propone la reducción de salarios entre subsecretarios, secretarios y el gobernador en 10 por ciento.
“Yo confío en ustedes, confíen en mí”
Tras el término del evento y la firma de los 22 compromisos ante la notaria número 52, Judith Espejel, Gali Fayad deja a un lado el formalismo y la mesura.
Arropado por panistas y su familia, el candidato de la coalición Sigamos Avanzando ofrece su mano a los distintos sectores de la sociedad y a los partidos políticos que deseen unirse a su proyecto.
“Yo confío en ustedes, confíen en mí”, dice.
“Yo confío en ustedes, confíen en mí”, repite. Alza la voz, salta, brinca.
Con la voz desgarrada atiza una nueva crítica a sus oponentes: “haremos un gobierno que no quiere regresar al pasado. Un pasado que nos avergonzó, que nos ofendió, que nos puso motes. Tengo en Puebla el mejor estado. A los mejores ciudadanos, la mejor comida, la mejor población indígena. Tenemos y vamos a seguir teniendo. ¡Ese es el orgullo de ser poblano, chingao!”.
La gente se pone de pie, las cámaras captan la emoción desbordada. Pareciera gritar lo publicado en esa ocasión en las planas de El Universal:
—¿Usted sí es morenovallista?, inquiría el reportero.
—Yo soy galista, respondía con su propia voz, con su propio plan para gobernar. Lejano al continuismo, cercano a la continuidad de políticas exitosas, dijo en esa ocasión