En el colegio de México, el poeta poblano recibió ayer el premio Xirau Icaza por el libro de Los Oficios Tristes, el mejor de 37 postulaciones
Redacción
“Por ser dueño de una voz con una musicalidad atenta a discernir en las minucias de lo cotidiano el pulso invisible de la ciudad y sus trabajos” fue el argumento central por el que Miguel Maldonado recibió ayer el Premio de Poesía Joaquín Xirau Icaza 2016.
En el Auditorio Alfonso Reyes de El Colegio de México, el secretario de Cultura, Rafael Tovar y de Teresa, participó en la premiación junto con Ramón Xirau y Ana María Icaza, fundadores del premio; Gustavo Vega, secretario general de El Colegio de México; y los escritores Juan Villoro y Adolfo Castañón, jurado que eligió El libro de los oficios tristes, del poeta poblano, como merecedor del galardón.
Tovar y de Teresa celebró que el premio que instituyeron Ramón y Ana María Icaza de Xirau en memoria de su hijo, el poeta y economista Joaquín Xirau Icaza, sea un detonador para apoyar al nuevo talento mexicano.
Gustavo Vega explicó que este premio impulsa el trabajo de jóvenes poetas menores de 40 años de cualquier nacionalidad y felicitó a Maldonado por destacar entre los 37 postulados.
Al recibir el reconocimiento, Maldonado compartió que algunos de los trabajos en que se inspira los desempeñó para pagar sus estudios en Canadá y Kenia, lo cual lo puso a pensar en los oficios justos y en los trabajos que parecen más importantes que otros y que son discriminados en la escala laboral.
“Agradezco al jurado por considerar que este libro requería algo de atención y las vivencias que me han marcado, comenzando por mi natal Puebla, donde fatigué las calles y encontré guías espirituales y es mi botón de muestra este libro que reflexiona sobre una sociedad más justa, un modesto intento por construir un puente comunicante”.
Por su parte, Miguel Limón, presidente de la Fundación para las Letras Mexicanas, señaló que este reconocimiento fortalece la carrera artística de un poeta de gran valor cuyo talento creativo ha mostrado numerosos pasajes e imágenes de gran riqueza.
Los miembros del jurado, Adolfo Castañón y Juan Villoro, coincidieron que la obra de Maldonado es “risueña, melancólica y al mismo tiempo muestra numerosos niveles para compartir imágenes con el lector”.
Castañón aseguró que El libro de los oficios tristes es “un álbum de estampas y viñetas que crea un universo que se inscribe en una estirpe de grandes poetas y donde hay una belleza alcalina con poemas como ‘El globero’, que lo conecta con el poeta que da nombre a este premio con obras como ‘Tigre’, que dedicó a su madre, Ana María Icaza de Xirau”.