Uno a uno, los cercanos al exgobernador han sumado  sus habilidades políticas y de gestión a las jugadas del jefe del grupo

 

Por Ignacio Juárez Galindo

Corría el año de 2006 y en la Dirección de Vialidad Estatal un nombre estaba en boca de todos: José Luis César Saldaña Vázquez.

Una larga lista de denuncias por abusos, maltratos y tratos indignos contra los agentes de tránsito pesaban en su contra.

La rebelión estaba a punto de estallar.

Las víctimas del servidor público, incluso, perdieron el miedo y fueron a los medios de comunicación a denunciar que el subdirector los utilizaba de choferes, guardaespaldas, sacaborrachos y todo lo que se le ocurriera.

Eso era lo mínimo.

Otros decían que les limitaban los vales de comida, gasolina y viáticos.

Los años pasaron y la mala fama no lo afectó.

En la nómina seguía apareciendo como “Sub-Oficial tipo “B” adscrito a la Dirección de Vialidad de la Secretaría de Seguridad Pública”.

Diez años después, el comandante Saldaña sigue tan campante como siempre. Ya no es funcionario. Ni agente. Es chofer de uno de los hijos del exgobernador.

Y eso no es un impedimento para seguir operando a favor de El Jefe, el único que reconoce: Mario Marín Torres.

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Se llama Rufo Juárez Peñuela.

Como político, su nombre no dice nada a la ciudadanía.

Pero para el círculo rojo es sinónimo de una cosa: es el señor de las sombras en la operación política de Mario Marín Torres.

Discreto, silencioso.

Lo único que se escucha de él son los resultados de su operación en temas que resuelve por encargo.

Nunca ha tenido un cargo ostentoso, pero ha sido clave en el manejo de los conflictos sociales, políticos, sindicales.

Tanto en el municipio como en la administración estatal, sólo se desempeñó como Director de Gobierno.

Amigo entrañable del exmandatario, se conocieron sin nada. Siguieron juntos en lo mucho. Y siguen unidos después de la resaca del gobierno del estado.

Ambos siguen igual de unidos como en los viejos tiempos.

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Mario Marín Torres y Joaquín Hendrick Díaz comparten, además de su amistad y haber sido gobernadores, a un amigo en común y un escándalo: el empresario Kamel Nacif Borge.

Hendricks Díaz fue exhibido, al igual que Mario Marín, en una llamada telefónica en donde se revela la forma en que propone al llamado Rey de la Mezclilla, un negocio ligado a la filmación de películas en Quintana Roo.

Mario Marín, casi todos lo saben, estuvo involucrado con Nacif Borge en un concierto de complicidades para detener a la periodista Lydia Cacho.

Marín y Hendricks son muy buenos amigos.

Ambos se consideran muy buenos operadores electorales.

Ambos siguen en comunicación.

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La carrera de Joel Jaime Hernández Ruiz inició en el magisterio.

Como todo maestro que aspira a crecer en la política, lo primero que logró fue convertirse en integrante de una delegación sindical del SNTE.

Su activismo lo llevó a crecer en la política magisterial, la cual era una extensión del PRI.

Así pues, logró ser designado delegado efectivo al XI Congreso Extraordinario de la Sección 51 del SNTE, así como secretario general suplente de la Sección 51.

Pero su carrera dio un giro vertiginoso al dejar el oficialismo, con los charros, como eran llamados los integrantes del SNTE, para integrarse como secretario de trabajo y conflictos del Sindicato Estatal de Trabajadores de la Educación en Puebla.

El SETEP era el receptáculo priista por excelencia y el sempiterno dirigente Roberto Juan López era uno de los brazos operadores de Mario Marín Torres.

Joel Jaime estaba, pues, en otra arena que le dejaría grandes dividendos. Por ejemplo, ser diputado local del PRI por Chiautla de Tapia.

En su periodo respaldó la iniciativa que permitía a los agremiados del SETEP y su escisión, el Sindicato Estatal de Trabajadores de la Educación Independiente de Puebla, gozar del reconocimiento ante el Issstep, una jugada que concluyó con el otorgamiento del registro sindical para ambas organizaciones.

Eran tiempos en que Marín y sus aliados necesitaban un contrapeso para la poderosa estructura magisterial que respaldaba al peligroso aspirante panista a la gubernatura. Rafael Moreno Valle.

Joel Jaime estaba allí como punta de lanza del marinismo.

Y la costumbre no la perdió.

Hoy todavía opera para el jefe y amigo.

 

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Vicente Gil Luna es el brazo derecho de Mario Marín Torres.

A tal grado llega su confianza que es el auxiliar en la patente notarial del exgobernador.

Es profundo conocedor de la limpia de expedientes administrativos y el modo de cuadrar lo que se tenga que cuadrar en los libros contables.

Su parentesco con Valentín Meneses Rojas, su cuñado, fue una puerta de ingreso al marinismo, pero quienes lo conocen aseguran que la confianza se la ganó por sus propios méritos.

Gil y Marín comparten la misma oficina.

El primero es el operador del día a día en el negocio notarial.

El segundo es la cabeza que dirige la empresa.

El uno-dos del mundo notarial.

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Edgar Chumacero Hernández es el yerno de Blanca Alcalá Ruiz, pero también su mano derecha en el ámbito político.

En el war room blanquista todos saben que no hay decisión que no pase por el filtro del esgrimista olímpico.

Es el enlace con políticos, empresarios, deportistas y todos aquellos que buscan a la candidata del PRI-Verde-Encuentro Social.

Es, como dice el dicho de la política, el que abre o cierra la puerta.

Y eso lo llevo a ser el enlace de una relación fundamental para la candidata: Mario Marín Torres.

Blanca Alcalá necesita de su estructura.

El exgobernador necesita hacer sentir su peso en el PRI.

Son tiempos de talacha política.

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Santiago Bárcenas Álvarez, Santi, es el delegado de la Secretaría de Relaciones Exteriores en Puebla.

Amigo incondicional del malogrado candidato a la gubernatura en el 2010, Javier López Zavala.

Su esencia es marinista.

Su formación también.

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