Por la mañana, Kershenobich declaró que el 39% de los niños en escuelas públicas padecía obesidad y el 38% diabetes. Sin embargo, horas después, la Secretaría de Salud corrigió los datos en una tarjeta informativa.

“El secretario aclara que el dato correcto indica que el 39% de los niños evaluados presentan sobrepeso y obesidad, mientras que el 38% tiene debilidad visual y no diabetes”, señaló la dependencia.

La Secretaría de Salud reiteró su compromiso con la transparencia y aseguró que se fortalecerán los mecanismos de diagnóstico y recolección de datos para brindar información precisa sobre la salud infantil en México.

Durante la conferencia, Kershenobich también abordó el efecto adictivo del azúcar. Explicó que el alto consumo activa el sistema de recompensa cerebral, liberando dopamina, lo que genera una respuesta adictiva.

El consumo frecuente de productos azucarados incrementa la tolerancia, lo que obliga a consumir más para sentir el mismo placer. Esta conducta compulsiva se refuerza por estímulos como la publicidad o olores.

Además, estos alimentos afectan el eje intestino-cerebro, provocando alteraciones en el microbioma y señales hormonales que perpetúan el apetito y el deseo por lo dulce, incluso sin hambre.

Este tipo de hábitos puede llevar a una pérdida de control alimentario, incrementando el riesgo de problemas metabólicos a largo plazo en la población infantil.

David Kershenobich, secretario de Salud, ofreció una disculpa pública tras difundir cifras erróneas sobre diabetes y obesidad infantil durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum.

Por la mañana, Kershenobich declaró que el 39% de los niños en escuelas públicas padecía obesidad y el 38% diabetes. Sin embargo, horas después, la Secretaría de Salud corrigió los datos en una tarjeta informativa.

“El secretario aclara que el dato correcto indica que el 39% de los niños evaluados presentan sobrepeso y obesidad, mientras que el 38% tiene debilidad visual y no diabetes”, señaló la dependencia.

La Secretaría de Salud reiteró su compromiso con la transparencia y aseguró que se fortalecerán los mecanismos de diagnóstico y recolección de datos para brindar información precisa sobre la salud infantil en México.

Durante la conferencia, Kershenobich también abordó el efecto adictivo del azúcar. Explicó que el alto consumo activa el sistema de recompensa cerebral, liberando dopamina, lo que genera una respuesta adictiva.

El consumo frecuente de productos azucarados incrementa la tolerancia, lo que obliga a consumir más para sentir el mismo placer. Esta conducta compulsiva se refuerza por estímulos como la publicidad o olores.

Además, estos alimentos afectan el eje intestino-cerebro, provocando alteraciones en el microbioma y señales hormonales que perpetúan el apetito y el deseo por lo dulce, incluso sin hambre.

Este tipo de hábitos puede llevar a una pérdida de control alimentario, incrementando el riesgo de problemas metabólicos a largo plazo en la población infantil.

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