La delincuencia común ha migrado al ámbito digital, pues hoy las redes sociales y las aplicaciones de citas son los espacios donde se denuncian actos delictivos con mayor frecuencia.


De diciembre de 2024 hasta el pasado mes de mayo, la extorsión cibernética se posicionó como el delito digital más denunciado en Puebla, desplazando al hackeo de cuentas, que lideró el ranking de carpetas de investigación durante 2023.


Datos de la Policía Estatal Cibernética develan que, en lo que va de la administración estatal, se han registrado mil 422 reportes de extorsión, 880 casos de ciberacoso, 751 incidentes relacionados con hackeo, 568 fraudes electrónicos y 164 denuncias por violación a la intimidad sexual, denuncias que se concentraron en 174 de los 217 municipios del estado.


Así lo informó la agente Itzel García, quien explicó que la capital del estado concentra el mayor número de incidentes, seguida de San Andrés y San Pedro Cholula, además de Cuautlancingo, Tehuacán, Huejotzingo y Atlixco.


“Este año la extorsión cibernética ha sido el delito más reportado. Aunque en muchos casos no se configura como delito penal, las personas siguen enfrentando violencias digitales que afectan su bienestar”, explicó.

DESCONOCIMIENTO, EL GRAN ENEMIGO


La agente reveló que la mayoría de las personas que sufren violencia digital en Puebla desconocen si lo que viven constituye un delito, dónde denunciar y quién puede ayudarlas a frenar la difusión de contenido íntimo o la suplantación de identidad.


“Nos buscan sin saber si lo que están experimentando encuadra en algún delito, qué documentos deben llevar o quién puede ayudarles, por ejemplo, con la eliminación de publicaciones íntimas ya difundidas. Aquí les brindamos asesoría inicial, les explicamos si es delito, en qué artículo se tipifica y a qué autoridad deben acudir”, comentó.


Aunque esta unidad no recibe denuncias formales, ya que el trámite se realiza ante el Ministerio Público, la Policía Estatal Cibernética brinda orientación legal y técnica, además de preservar perfiles, correos y evidencias digitales que pueden ser solicitadas posteriormente por la Fiscalía de Puebla para una investigación formal.


“La gente muchas veces cree que si le hackearon la cuenta ya hay un delito, pero no siempre es así. Lo mismo sucede con la difamación o la suplantación de identidad. Aunque no todos los casos están tipificados como delitos, sí representan violencias digitales que afectan emocional y públicamente a las víctimas. Por eso ayudamos con reportes para eliminar contenido, perfiles falsos o páginas web”, explicó.


También advirtió sobre la migración de grupos delictivos al ciberespacio. Aunque no se trata necesariamente de crimen organizado, hay bandas que ahora operan en redes sociales para cometer fraudes o extorsiones.


“El internet ha sido una herramienta de crecimiento, pero también una vía para que delincuentes comunes cambien su forma de operar. Hoy ven en las aplicaciones de citas o redes sociales una mina de oro”, alertó.


La Policía Estatal Cibernética mantiene vigilancia permanente y realiza reportes para eliminar perfiles falsos o publicaciones con fines delictivos. A través de su labor preventiva y de atención ciudadana, busca contener la violencia digital antes de que escale.


Pese a la complejidad de los ciberdelitos y los múltiples métodos de operación, García insistió en que la prevención sigue siendo la herramienta más efectiva para combatir estas amenazas. Subrayó la importancia de la educación digital, el fomento de una cultura del consentimiento y la precaución al compartir datos en línea.


“Muchos de estos delitos pueden prevenirse si aprendemos a identificar señales de alerta: verificar perfiles, no compartir información personal sin confirmar la fuente y evitar acudir solos a citas con desconocidos, especialmente si hay señales de riesgo”, concluyó.

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