Silvia Flores denunció públicamente una serie de irregularidades médicas durante su embarazo en la Clínica de Especialidades Quirúrgicas WMM6, ubicada en la ciudad de Puebla.

En su testimonio, relata que el médico Tizcareño W nunca la atendió personalmente en sus consultas. Solo prometía estar presente durante la intervención quirúrgica del parto por cesárea.

Durante una revisión el 21 de enero, Silvia presentó preeclampsia y presión alta. Aunque requería atención inmediata, esperó más de dos horas para ser llevada al quirófano por la ausencia del personal.

El médico, según dijo, llegó tarde por un problema con su tarjeta bancaria. Tras la cirugía, la dejó al cuidado de un médico que no conocía su historial clínico.

Su bebé nació con problemas respiratorios. La pediatra Elizabeth Rodríguez indicó tratamientos que no mostraban mejoría y cobraba dos mil pesos por consulta.

Radiografías revelaron que el bebé tenía un pulmón colapsado. Luego de días sin evolución, sufrió una desaturación crítica. La familia decidió trasladarlo al IMSS La Margarita.

Pagaron más de 100 mil pesos a la clínica por estudios, hospitalización y el parto. Silvia narró su experiencia en redes sociales, generando apoyo y otros testimonios similares.

Comentaron que el doctor Tizcareño W había incumplido también a otras mujeres embarazadas, quienes lo acusaron de abandono en momentos críticos de sus gestaciones.

Este caso abre la conversación sobre la necesidad de una mayor regulación sanitaria, además de supervisión a clínicas privadas para garantizar una atención ética y profesional.

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