24 Horas Puebla

El licenciado Fojaco se fue para atrás cuando se enteró que el ser más conocido no garantiza ser el abanderado de Morena en 2024.

Casi se desmaya cuando le dijeron que uno de los reactivos más importantes a valorar era la lealtad.

“90 % de lealtad y 10 puntos porcentuales de eficiencia”, le comentó uno de sus principales asesores.

—Mire licenciado, si quiere ser el candidato de la 4T, tiene que salir  muy bien en eso de la honestidá, de la rectitú y sobre todo de la verdá, ¿verdá?. Si a cada rato lo repite el presidente en sus Mañaneras, mi lic. —le aclaró el licenciado Popócatl, mientras le mostraba unas gráficas al aspirante a gobernador de Puebla.

El licenciado Fojaco, quien ya se presentaría ahora como “El Compañero Fojaco”, para sonar más de izquierda, más acá, más sindicalista, ahora no sabe cómo meterle dinero a las encuestadoras para que le suban a ese reactivo porque él bien sabe que muy leal, muy leal, la verdad, nunca lo ha sido.

Su carrera política la inició, como la mayoría, en el PRI. Estudió Derecho en La BUAP, fue porro universitario. Se inscribió en el Frente Juvenil Revolucionario (FJR), fue acarreado, pero cuando llegó su amigo el licenciado Marín la vida le cambió, se hizo compadre de un tal zavalita, fue secretario de despacho, líder del partidazo, se fue a San Lázaro, de ahí se hizo morenovallista, aunque cobraba con el PRI y un día se enteró que había vacantes en Morena.

En su paso por la burocracia dorada, correteaba a sus secretarias, hoy ya no lo hace porque sería denunciado por violencia política de género y por el delito de acoso sexual, pero en esos tiempos, varias chicas huyeron de él porque se propasaba en sus oficinas y más cuando bebía alcohol o se metía algún polvo blanco que quedaba regado en el escritorio.

Cuando gobernó Rafael Moreno Valle tenía buena relación con él, fingían que estaban confrontados, pero él sabía que tendría que apoyarlo porque gobernaría casi diez años en la entidad poblana.  Varios “balones” (dinero) pactaron con moches y demás linduras.

Honestidá”, pensó Fojaco, mientras resoplaba, “cómo le haré para que me crean que soy honesto”, le dijo a su asesor Popócatl.

—¡Paloma!, —le gritó Fojaco a su asistente— ¡Chingaos, Paloma!, ¡nunca está cuando más le necesito!

—Dígame, licenciado —llegó Paloma toda apenada.

—Ya le dije que soy compañero, eh, com-pa-ñero. Bueno, bueno, a ver, usté que me conoce de tiempo atrás, ¿cree que soy honesto?

Emm, este, bueno, compañero, es que, ¿cómo le digo, compañero?

—Dígame la verdá, Palomita, no se ponga nerviosa.

—Pues sí, la verdad es que sí, compañero, es muy honesto.

—Ya ve Popócatl, soy honesto.

Y es así como piensan algunos aspirantes de Morena que ganarán una encuesta, si valoramos quienes contienden, quiénes han sido más leales al proyecto desde 2006 para acá, quiénes fueron fundadores de Morena y quienes no, muchos se quedarían en el camino, claro, si es que ese partido en verdad quiere decir la verdad.

Hagamos el recuento de quienes quieren gobernar el estado, además de Fojaco, están: Alejandro Armenta, Ignacio Mier, Claudia Rivera, Olivia Salomón, Rodrigo Abdala y Julio Huerta.

Sobre eso, ¿quién representa más el espíritu de la 4T? ¿Quién ha sido más leal? ¿Quién ha pactado hasta con la oposición?

Ahí los descartes, ahí quien se mantiene.

Las señales ya se están dando, por cierto.