El garante de la democracia en México terminó por desvirtuar su tarea para terminar como modelo de vulgar negocio en el que la premisa es la utilidad económica, muy lejos de la batalla por la defensa de las instituciones, como argumentan en trincheras opositoras a la 4T.

Muchas cosas han sucedido desde la fundación del llamado Instituto Federal Electoral en octubre de 1990 a la fecha. Entre ellas, el desgaste y desprestigio general que nadie se atreve a señalar abiertamente, hasta convertirse en lo que hoy tenemos como Instituto Nacional Electoral.

Muy lejano el tiempo en que los integrantes de su Consejo General permitieron la libre competencia electoral, con un Consejo General encabezado por José Woldemberg y el resto de sus integrantes, cuyas trayectorias habían estado vinculadas a la tarea de consolidar un sistema partidista plural.

A la imperfección democrática en la designación de los integrantes, siempre bajo la tutela de partidos y grupos políticos, la actuación de sus actuales consejeros, puestos ahí para defender o ampliar cotos de poder, o negocios.

Es el caso de Lorenzo Córdova Vianello, a quien la derecha le ve potencial de candidato presidencial en 2024, hijo de unviejo ideólogo de la izquierda, don Arnaldo Córdova, muerto en junio de 2014.

Ciro Murayama es el otro consejero, con quien Córdova Vianello forma la dupla que bien podría llevar como nombre “Córdova&Murayama Inc”.

No es exagerado, pues en el aparato electoral en México es sabido que todo proveedor que se precie debe pasar por esa aduana para poder aspirar a vender bienes o servicios, cualquier que estos sean.

Lorenzo y Ciro están lejos de encarnar el Instituto Nacional Electoral, pero sí los únicos que todo vetan, palomean o alientan, según sea el caso.

Son quienes a través de una red de gente sembrada en los organismos públicos locales electorales o vocalías en todo el país deciden quiénes han de ocupar cargos en consejerías electorales o en el servicio profesional electoral.

Nadie ajeno a ese grupo de interés, convertido en agencia de colocaciones, podrá pasar prueba y filtros para ocupar vacantes puestas al mejor postor detrás de un engañoso proceso de selección a través de concursos ficticios.

No es sin embargo el negocio que más rentabilidad significa para quienes se han convertido en presuntos paladines de la democracia y las buenas costumbres de la derecha y la oposición en general.

El renglón más lucrativo para “Córdova&Murayama Inc” es la contratación del servicio del Programa de Resultados Electorales Preliminares, que como sucedió en el modelo poblano, tiene cada vez mayores costos.

En 2019, la elección extraordinaria de la que resultaron perdedores el abanderado del PAN, el académico Enrique Cárdenas y el priista Alberto Jiménez Merino frente a Miguel Barbosa, de Morena, el PREP contratado vía adjudicación directa fue de 45 millones de pesos, casi 16 por ciento más que el costo del mismo servicio en 2018, cuando también fueron elegidos 217 presidentes municipales y diputados locales.

Las causas de Lorenzo y Ciro no son por la defensa de una institución, sino el de un modelo de negocio del que todo mundo sabe, pero nadie se atreve a señalar públicamente.

 

@FerMaldonadoMX

Parabolica.mx escribe Fernando Maldonado